PORQUE TÚ ERES MI ROCA Y MI CASTILLO

"Porque tú eres mi roca y mi castillo; por tu nombre me guiarás y me conducirás" (Salmo 31:3, RVR60)

En medio de un mundo inestable, donde las circunstancias cambian y las seguridades humanas fallan, el salmista David clama a Dios con una confianza inquebrantable. En el Salmo 31:3, encontramos tres poderosas declaraciones que revelan la esencia de la relación del creyente con el Señor: Dios como roca, Dios como castillo, y Dios como guía.

1. Dios es nuestra Roca
David describe al Señor como su roca, un símbolo de solidez, permanencia y refugio. En la antigüedad, las rocas eran lugares de protección, donde los perseguidos podían esconderse de sus enemigos (ver 1 Samuel 23:25-28). Así también, Dios es nuestro fundamento inquebrantable. Cuando todo a nuestro alrededor parece desmoronarse, Él permanece firme. Su Palabra es verdad, Su amor es constante, y Su poder no tiene límites.

Reflexión: ¿Estás pasando por una situación que te hace sentir inseguro o vulnerable? Recuerda que Dios es tu roca. Él no se mueve, no cambia, y en Él puedes apoyarte completamente.

2. Dios es nuestro Castillo
Un castillo representa fortaleza, seguridad y protección. En los tiempos bíblicos, los castillos eran estructuras elevadas, diseñadas para resistir ataques y brindar resguardo a sus habitantes. David, quien enfrentó persecución, traición y peligro, sabía que su verdadera seguridad no estaba en murallas humanas, sino en el Dios Todopoderoso.

Hoy, el enemigo puede lanzar dardos de duda, temor o angustia, pero cuando habitamos en la presencia de Dios, estamos bajo Su sombra (Salmo 91:1). Él es nuestro escudo y nuestra fortaleza.

Reflexión: ¿Te sientes acosado por el miedo o la ansiedad? Declara como David: "Tú eres mi castillo". Nada puede derribarte cuando estás bajo la protección divina.

3. Dios es nuestro Guía
La última parte del versículo dice: "Por tu nombre me guiarás y me conducirás". David reconoce que no solo necesita protección, sino también dirección. El nombre de Dios representa Su carácter, Su autoridad y Su fidelidad. Cuando nos movemos bajo Su nombre, Él nos lleva por caminos de justicia, aún cuando no entendemos el proceso.

En la vida, a menudo enfrentamos encrucijadas donde no sabemos qué decisión tomar. Pero si confiamos en el Señor y le buscamos, Él nos guiará con Su ojo (Salmo 32:8).

Reflexión: ¿Estás en un momento de indecisión o incertidumbre? Entrega tu camino al Señor y Él te dirigirá.

Conclusión: Descansando en Su cuidado
Este versículo nos invita a confiar plenamente en Dios, no solo como nuestro protector, sino también como nuestro guía. Él no solo nos da refugio en la tormenta, sino que también nos lleva de la mano hacia Su perfecta voluntad.

Oración
Señor, hoy reconozco que Tú eres mi roca inquebrantable, mi castillo de protección y mi guía fiel. En medio de las incertidumbres, me aferro a Tu nombre, sabiendo que me sostienes con Tu mano poderosa. Perdóname cuando he confiado en mis propias fuerzas y no en Ti. Guíame por Tus caminos, y que mi vida refleje Tu gloria. En el nombre de Jesús, amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Aclaración

Este Blog no tiene fines de lucro, ni propósitos comerciales, el único interés es compartir los gustos y las preferencias de su autor, con personas afines. Julio Carreto. Predicador