"Cercano está Jehová a todos los que le invocan, a todos los que le invocan de veras." (Salmo 145:18, RVR60)
Introducción: La Promesa de Su Presencia
El Salmo 145 es un canto de alabanza a la grandeza y bondad de Dios, escrito por David. En medio de esta exaltación, el versículo 18 destaca una verdad profundamente consoladora: Dios no es un ser distante, sino un Padre que se acerca a Sus hijos cuando estos claman a Él. Esta cercanía no es condicionada por nuestra perfección, sino por nuestra sinceridad.
En un mundo donde muchas veces nos sentimos solos o abandonados, este versículo nos recuerda que el Señor está atento al clamor de los que buscan Su rostro con un corazón genuino.
1. La Cercanía de Dios: Un Atributo de Su Amor
La Biblia repetidamente enfatiza que Dios desea relacionarse con Su creación. Desde el Edén (Génesis 3:8) hasta la encarnación de Jesús ("Emanuel, Dios con nosotros", Mateo 1:23), vemos un Dios que se inclina hacia nosotros.
Él escucha: No somos ignorados. "Clamé a Jehová, y él me oyó" (Salmo 34:6).
Él responde: Su silencio no es indiferencia; a veces prepara Su respuesta perfecta (Isaías 65:24).
Reflexión: ¿Has sentido que tus oraciones "no pasan del techo"? Este versículo asegura que Dios está más cerca de lo que imaginas.
2. Invocarle "de Veras": La Sinceridad del Corazón
Dios no valora las palabras vacías (Mateo 6:7), sino la humildad y la fe genuina. Invocarle "de veras" implica:
Dependencia: Reconocer que necesitamos de Él (Salmo 62:8).
Fe: Creer que Él existe y que recompensa a los que le buscan (Hebreos 11:6).
Perseverancia: Como la viuda persistente (Lucas 18:1-8).
Ejemplo bíblico: El publicano en el templo (Lucas 18:13) no usó palabras elocuentes, pero su corazón contrito atrajo la misericordia de Dios.
3. La Promesa en Medio del Dolor
David escribió este salmo en un contexto de adversidad (ver Salmos anteriores). Aun así, proclama la cercanía de Dios porque Él no abandona a los quebrantados:
"Jehová está cerca de los quebrantados de corazón" (Salmo 34:18).
"No te desampararé ni te dejaré" (Hebreos 13:5).
Aplicación: En la enfermedad, la pérdida o la incertidumbre, clamar a Dios no es en vano. Su presencia es real, aunque no siempre tangible.
4. Jesús: La Máxima Expresión de Su Cercanía
La cruz es el mayor acto de Dios acercándose al hombre. Cristo llevó nuestro pecado para que, a través de Él, pudiéramos tener acceso al Padre (Efesios 3:12).
"Nadie viene al Padre sino por mí" (Juan 14:6).
"He aquí, yo estoy a la puerta y llamo" (Apocalipsis 3:20).
Conclusión: Un Llamado a Invocarle
Dios no está lejos; es nuestro orgullo, autosuficiencia o desánimo lo que nos hace sentir distantes. Hoy es el día para:
Acercarte con confianza (Hebreos 4:16).
Derramar tu corazón (Salmo 62:8).
Esperar en Su fidelidad.
Oración
Padre misericordioso, gracias porque tu Palabra declara que estás cerca de quienes te invocan de verdad. Hoy vengo ante Ti con un corazón humilde, reconociendo que te necesito en cada área de mi vida. Perdona mis momentos de autosuficiencia o duda. Ayúdame a buscarte con sinceridad, confiando en que escuchas mi clamor. Que tu presencia sea mi consuelo, tu voz mi guía y tu amor mi seguridad. En el nombre de Jesús, amén.
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