NO TEMERÉ MAL ALGUNO, PORQUE TÚ ESTÁS CONMIGO

Salmo 23:4 (RVR60)
"Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento."

El Valle de la Sombra
La vida no siempre es un camino de verdes pastos y aguas tranquilas. Hay momentos en los que nos encontramos caminando por valles oscuros, lugares donde la incertidumbre, el dolor o el miedo parecen envolvernos. En esos instantes, el Salmo 23:4 se convierte en un faro de esperanza, recordándonos que, aunque las circunstancias sean adversas, no estamos solos.

David, el autor de este salmo, conocía bien los peligros de los valles. Como pastor, sabía que los rebaños debían pasar por lugares peligrosos para llegar a mejores pastos. Pero también sabía que, con un buen pastor, las ovejas estaban seguras. De la misma manera, aunque nosotros pasemos por "el valle de sombra de muerte", tenemos un Pastor que nos guía, protege y consuela.

1. La Realidad del Valle
El versículo no dice "si acaso paso", sino "aunque ande". Esto significa que los valles son inevitables. En algún momento, todos enfrentaremos pruebas: enfermedades, pérdidas, crisis económicas, soledad, traiciones. Jesús mismo advirtió: "En el mundo tendréis aflicción" (Juan 16:33). Sin embargo, la promesa no es la ausencia de dolor, sino la presencia de Dios en medio de él.

2. La Sombra que No Debe Atemorizarnos
David menciona "sombra de muerte", una expresión que evoca el miedo más profundo del ser humano: la muerte, lo desconocido, lo que parece invencible. Pero hay una clave aquí: es solo una sombra. Las sombras no tienen sustancia; son el reflejo de algo que bloquea la luz.

El enemigo quiere que veamos la sombra como una realidad aplastante, pero Dios nos recuerda que Él es la luz que disipa toda oscuridad (1 Juan 1:5). La muerte, el mal, la angustia, no tienen poder definitivo sobre nosotros porque Cristo ya venció (1 Corintios 15:55-57).

3. La Razón de Nuestra Confianza: "Porque Tú Estás Conmigo"
El corazón de este versículo no es el valle, sino la compañía del Pastor. David no dice: "No temeré porque soy fuerte", sino "porque tú estás conmigo". Nuestra seguridad no está en nuestra capacidad, sino en la fidelidad de Dios.

En la Biblia, cada vez que Dios promete su presencia, hay una garantía de protección y propósito:

A Moisés: "Ve, porque yo estaré contigo" (Éxodo 3:12).

A Josué: "No te dejaré ni te desampararé" (Josué 1:5).

A los discípulos: "He aquí, yo estoy con vosotros todos los días" (Mateo 28:20).

Si Dios está contigo, el valle no es tu destino, sino solo un paso hacia la bendición que Él tiene preparada.

4. La Vara y el Cayado: Herramientas del Buen Pastor
La vara era usada por los pastores para defender al rebaño de depredadores. El cayado (o bastón) servía para guiar y corregir suavemente a las ovejas. Ambos representan la protección y la dirección de Dios.

Protección: Él pelea por ti (Éxodo 14:14).

Dirección: Sus correcciones son señal de amor (Proverbios 3:12).

A veces, el cayado duele cuando nos redirige, pero es para evitar que caigamos en peligro mayor.

Conclusión: Caminando con Confianza
El valle no es un lugar para detenerte, sino para atravesarlo con fe. Si hoy estás en medio de la sombra, recuerda:

No estás solo.

La sombra no es más grande que tu Pastor.

Dios usa el valle para fortalecerte y mostrarte su gloria.

Oración
Señor Jesús, mi Buen Pastor, hoy reconozco que, aunque camine por el valle más oscuro, no tengo que temer porque Tú estás conmigo. Tu presencia es mi seguridad, tu Palabra mi consuelo. Ayúdame a confiar en que tu vara me protege y tu cayado me guía. Que incluso en la sombra, mi corazón descanse en tu amor fiel. Gracias porque ningún mal prevalece contra mí cuando Tú eres mi refugio. En tu nombre, amén.

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