LA VERDAD Y EL AMOR

“Más bien, al vivir la verdad con amor, creceremos hasta ser en todo como aquel que es la cabeza, es decir, Cristo”. Efesios 4:15.

En el versículo 4:15 de su carta a los Efesios, el apóstol Pablo exhorta a los creyentes a vivir una vida caracterizada por la verdad y el amor. Este versículo es un recordatorio de que nuestro crecimiento espiritual debe basarse en estos dos pilares fundamentales.

Hablar la verdad en amor

"Hablar la verdad en amor" implica comunicar la verdad de manera amable y respetuosa. No se trata de ser áspero o crítico, sino de compartir la verdad con amor y compasión. Cuando hablamos la verdad en amor, creamos un ambiente donde las personas se sienten seguras para recibir y responder a la verdad.

Crecer en todos los aspectos

El crecimiento espiritual no se limita a un área específica de nuestras vidas. Pablo nos anima a crecer "en todos los aspectos". Esto incluye nuestro crecimiento en conocimiento, sabiduría, fe, amor y carácter. Al crecer en todos los aspectos, nos convertimos en personas más maduras y completas en Cristo.

Cristo, la cabeza

Pablo describe a Cristo como "la cabeza" de la iglesia. Esto significa que Cristo tiene la autoridad y el poder sobre la iglesia. Es a través de nuestra unión con Cristo que podemos crecer espiritualmente. Cuando reconocemos a Cristo como nuestra cabeza, nos sometemos a su liderazgo y permitimos que él nos guíe en nuestro crecimiento.

Oración

Padre celestial,

Gracias por tu Palabra que nos guía y nos enseña. Te pedimos que nos ayudes a vivir de acuerdo con Efesios 4:15. Ayúdanos a hablar la verdad en amor, para que podamos crear un ambiente donde las personas puedan recibir y responder a tu verdad.

Ayúdanos a crecer en todos los aspectos de nuestras vidas. Que crezcamos en conocimiento, sabiduría, fe, amor y carácter. Que nos convirtamos en personas más maduras y completas en Cristo.

Reconocemos a Cristo como nuestra cabeza. Sometemos nuestras vidas a su liderazgo y permitimos que él nos guíe en nuestro crecimiento espiritual.

En el nombre de Jesús,

Amén.

LA FE Y ESPERANZA DE JOB

“Yo sé que mi Redentor vive y que al final se levantará sobre el polvo”. Job 19:25.

El libro de Job relata la historia de un hombre que experimentó grandes pérdidas y sufrimientos. A lo largo de la narrativa, Job se encuentra sumido en el dolor y la angustia, buscando respuestas a sus preguntas más profundas. En medio de su agonía, Job pronuncia las palabras del versículo 25 del capítulo 19: "Yo sé que mi redentor vive, y que en el último día se levantará sobre el polvo".

Estas palabras son un testimonio poderoso de la fe y la esperanza de Job, a pesar de las circunstancias desalentadoras que enfrentaba.

Aunque estaba rodeado de aflicción, Job mantenía la convicción de que su redentor estaba vivo y que se levantaría triunfante sobre todas las adversidades. Estas palabras nos enseñan una lección valiosa: la importancia de aferrarnos a nuestra fe incluso en los momentos más oscuros de nuestra vida.

Job no encontró consuelo en la negación del sufrimiento o en la búsqueda de explicaciones lógicas. En cambio, encontró esperanza en la certeza de que su redentor estaba presente y activo en su vida. Esta es una lección que podemos aplicar a nuestras propias experiencias de sufrimiento y dolor. Aunque puede resultar difícil, debemos recordar que Dios está con nosotros en medio de nuestras luchas y tiene el poder para redimir nuestras situaciones más desesperadas.

En momentos de desesperación, podemos encontrar consuelo y fortaleza en la promesa de que nuestro redentor vive. Este versículo nos recuerda que no estamos solos en nuestras pruebas y tribulaciones. Nuestro redentor, Jesucristo, ha vencido la muerte y nos ofrece la esperanza de una vida eterna. Él es nuestra fuente de consuelo y fortaleza en medio de las dificultades.

Oración

Amado Padre celestial, hoy nos acercamos a Ti con corazones cargados de dolor y tristeza. Reconocemos que en este mundo enfrentamos pruebas y tribulaciones, y en ocasiones nos sentimos abrumados por ellas. Sin embargo, en medio de nuestras luchas, encontramos consuelo y esperanza en el versículo que Job pronunció: "Yo sé que mi redentor vive, y que en el último día se levantará sobre el polvo".

Dios, reconocemos que Tú eres nuestro redentor viviente. Sabemos que estás presente en cada detalle de nuestra vida y que tienes el poder para levantarnos y restaurarnos. Te pedimos que nos des fuerza para enfrentar nuestras dificultades con fe y esperanza, confiando en que Tú tienes el control y que, al final, prevalecerás sobre cualquier circunstancia difícil.

Te agradecemos, Señor, por el regalo de la salvación a través de Jesucristo, nuestro redentor. Gracias por su sacrificio en la cruz y por la promesa de una vida eterna a su lado. Ayúdanos a mantener nuestra fe en medio de nuestras pruebas, recordando siempre que Tú eres nuestro redentor viviente.

Padre, te pedimos que nos ayudes a confiar en Ti en todo momento, incluso cuando no entendemos lo que estamos viviendo. Permítenos descansar en tu amor y en tu fidelidad, sabiendo que siempre cumples tus promesas. Que nuestro corazón se llene de esperanza y que nuestra fe sea fortalecida cada día.

En el nombre de Jesús, nuestro redentor viviente, oramos. Amén.

IMITEMOS EL EJEMPLO DE CRISTO

Filipenses 2:5-8 dice: "Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz".

El pasaje de Filipenses 2:5-8 nos invita a contemplar la actitud de humildad y servicio de Jesucristo. Nos muestra un modelo de vida que va en contra de los valores del mundo, pero que es fundamental para el cristiano. En este devocional, exploraremos el significado de este pasaje y cómo podemos aplicarlo en nuestras vidas diarias.

El versículo 5 comienza con una exhortación: "Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús". Esta no es simplemente una sugerencia, sino una llamada a adoptar la misma actitud mental que tenía Jesucristo. El "sentir" aquí no se refiere a emociones pasajeras, sino a una disposición interna, una manera de ver el mundo y relacionarse con los demás.

El versículo 6 continúa describiendo la naturaleza misma de Cristo: "El cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse". Aquí vemos la humildad suprema de Cristo. Aunque tenía todo el derecho de afirmar su igualdad con Dios, decidió no aferrarse a eso. En lugar de ello, se despojó a sí mismo.

El versículo 7 continúa describiendo cómo Cristo se despojó a sí mismo: "Sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres". Cristo no solo renunció a su posición divina, sino que también asumió la forma de un siervo. Esta es la más pura expresión de amor y servicio. Jesús tomó la forma de un ser humano para poder relacionarse con nosotros de manera íntima.

El versículo 8 nos lleva al clímax de la obra redentora de Cristo: "Y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz". Aquí vemos la humillación suprema de Cristo al someterse a la voluntad del Padre hasta la muerte en la cruz. Su obediencia fue total, incluso en las circunstancias más difíciles.

Este pasaje nos desafía a adoptar una actitud de humildad, servicio y obediencia. Como seguidores de Cristo, estamos llamados a imitar su ejemplo en nuestras vidas diarias. Esto puede significar renunciar a nuestros derechos por el bien de los demás, estar dispuestos a servir sin buscar reconocimiento, y obedecer a Dios incluso cuando las circunstancias son difíciles.

Oración

"Por lo tanto, Dios lo exaltó hasta lo sumo y le otorgó el nombre que está sobre todo nombre".

El pasaje de Filipenses 2:5-8 nos desafía a adoptar la mentalidad de Cristo en nuestras vidas diarias. Nos llama a vivir con humildad, a servir a los demás con amor y a obedecer a Dios en todo momento. Que este pasaje sea un recordatorio constante de la actitud que debemos cultivar como seguidores de Cristo, y que podamos encontrar fortaleza en su ejemplo. Amén.

EL PROPÓSITO DE JESÚS EN LA TIERRA

El versículo Lucas 19:10 dice: "Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido". 

Este versículo es una declaración impactante del propósito de la venida de Jesús a la tierra.

El contexto de Lucas 19:10 es crucial para comprender plenamente su significado. Jesús estaba hablando con Zaqueo, un recaudador de impuestos despreciado por la sociedad de la época. A pesar de la percepción negativa que otros tenían de Zaqueo, Jesús lo vio de manera diferente. Jesús vio a Zaqueo como alguien valioso, alguien a quien valía la pena salvar. Esta actitud de Jesús hacia Zaqueo es un reflejo del corazón de Dios para con toda la humanidad.

El versículo comienza con la frase "Porque el Hijo del Hombre vino". Esta declaración se refiere a la encarnación de Jesús, su venida a la tierra en forma humana. La encarnación es un concepto central en la fe cristiana, ya que representa el amor de Dios manifestado en la persona de Jesucristo. El propósito de esta venida, según el versículo, es "buscar y salvar lo que se había perdido". Aquí, Jesús revela su misión divina: buscar y salvar a los perdidos.

La palabra "buscar" en este contexto es significativa. Implica una búsqueda activa y persistente. Jesús no espera pasivamente a que las personas se acerquen a él, sino que él mismo sale en busca de aquellos que necesitan su amor y redención. Esta búsqueda es un recordatorio del amor incondicional de Dios por la humanidad. A menudo, nos sentimos perdidos, solos o sin esperanza, pero Jesús nos busca y nos invita a acercarnos a él.

La palabra "salvar" también es fundamental en este versículo. Jesús no solo busca a los perdidos, sino que también ofrece salvación. La salvación que Jesús ofrece va más allá de las circunstancias temporales; es una salvación eterna que restaura la relación rota entre Dios y el ser humano. Es un acto de redención que libera a los que estaban perdidos del pecado y les ofrece una nueva vida en comunión con Dios.

Al reflexionar sobre Lucas 19:10, es importante reconocer que todos somos, en cierto sentido, los "perdidos" a los que Jesús vino a buscar y salvar. Aunque nuestras circunstancias individuales pueden variar, todos compartimos la experiencia de la separación espiritual de Dios debido al pecado. Sin embargo, la buena noticia es que Jesús vino a ofrecer una solución a esta situación. Su búsqueda y su salvación son un regalo disponible para todos los que lo reciben con fe.

La aplicación personal de este versículo es profunda y transformadora. Nos recuerda que no importa cuán perdidos nos sintamos, Jesús está activamente comprometido en buscarnos y ofrecernos la salvación. Nos anima a acercarnos a Jesús con confianza, sabiendo que su amor y su gracia son suficientes para restaurarnos.

También nos desafía a compartir este mensaje de esperanza con otros, reconociendo que todos necesitan la búsqueda y la salvación de Jesús.

En respuesta a esta revelación del amor de Dios, podemos orar con gratitud y compromiso.

Oración 

Dios amado, gracias por enviar a tu Hijo, Jesucristo, para buscar y salvar a los que estábamos perdidos. Reconocemos que, sin tu intervención, estaríamos separados de ti para siempre. Gracias por tu amor incondicional que nos busca activamente en medio de nuestra perdición. Ayúdanos a aceptar tu salvación con humildad y a vivir de acuerdo con tu voluntad. Permítenos ser instrumentos de tu amor y gracia, compartiendo la buena noticia de Jesús con aquellos que necesitan escucharla. Que nuestras vidas reflejen la transformación que viene de encontrarte y experimentar tu salvación. En el nombre de Jesús, amén.

JESUCRISTO COMO SALVADOR Y MEDIADOR

El versículo Hebreos 7:25 dice: "Por lo tanto, puede salvar completamente a los que por medio de él se acercan a Dios, porque vive siempre para interceder por ellos". 

Esta poderosa declaración nos revela una verdad transformadora sobre el papel de Jesucristo como nuestro Salvador y Mediador. 

El versículo comienza con la afirmación "Por lo tanto", lo que indica que lo que sigue está estrechamente relacionado con lo que se ha mencionado anteriormente en el pasaje. Antes de este versículo, el autor de Hebreos ha estado hablando sobre la superioridad del sacerdocio de Jesucristo en comparación con el sacerdocio levítico. Jesucristo, nuestro sumo sacerdote, es presentado como aquel que es capaz de salvar completamente a aquellos que se acercan a Dios a través de él. Esta salvación es completa, abarcando todos los aspectos de nuestras vidas: espiritual, emocional, física y eterna.

La afirmación de que Jesucristo "puede salvar completamente" es una fuente de esperanza y consuelo para los creyentes. En un mundo lleno de incertidumbre y aflicción, es reconfortante saber que tenemos un Salvador que es capaz de llevarnos a través de cualquier circunstancia. No importa cuán desesperada sea nuestra situación, Jesucristo tiene el poder y la disposición de salvarnos. Esta verdad nos invita a depositar nuestra confianza en él y a acercarnos a Dios con la certeza de que seremos recibidos y salvados.

La frase "a los que por medio de él se acercan a Dios" resalta el papel mediador de Jesucristo. Él es el puente entre la humanidad caída y un Dios santo. A través de su sacrificio en la cruz, Jesucristo ha eliminado la barrera del pecado que nos separaba de Dios, permitiéndonos acercarnos a él con libertad y confianza. No importa cuán lejos nos hayamos alejado de Dios, en Jesucristo encontramos el camino de regreso a su presencia. Él nos invita a acercarnos a Dios, sabiendo que tenemos un mediador que intercede por nosotros de manera constante.

La afirmación "porque vive siempre para interceder por ellos" revela la naturaleza continua y efectiva del ministerio de intercesión de Jesucristo. A diferencia de los sacerdotes levíticos, cuyo ministerio estaba limitado por la mortalidad y la necesidad de ofrecer repetidamente sacrificios por los pecados, Jesucristo vive eternamente y ejerce un sacerdocio perpetuo. Su intercesión a nuestro favor no tiene fin, y su eficacia no disminuye con el tiempo. Jesucristo está constantemente presentando nuestras necesidades delante de Dios, asegurando que seamos sostenidos, fortalecidos y restaurados en nuestra relación con el Padre.

El versículo concluye con una oración para Dios: "Por tanto, vive siempre para interceder por ellos." Esta oración es una afirmación de la realidad continua de la intercesión de Jesucristo. Nos invita a alabar a Dios por la fidelidad y el amor demostrados a través de la intercesión de su Hijo. Al reconocer la obra perseverante de Jesucristo en nuestro favor, nuestra adoración se intensifica y nuestra gratitud se desborda. Esta oración nos recuerda que tenemos un Salvador que no solo nos salvó en el pasado, sino que continúa intercediendo por nosotros en el presente, asegurando nuestra firmeza en la fe y nuestra comunión con Dios.

En respuesta a la verdad revelada en Hebreos 7:25, podemos acercarnos a Dios en oración, sabiendo que tenemos un Salvador que vive para interceder por nosotros. Podemos presentar nuestras necesidades, preocupaciones y anhelos delante de Dios, confiando en que Jesucristo está intercediendo por nosotros con compasión y poder. 

Oración 

Dios todopoderoso, te alabamos por la verdad revelada en Hebreos 7:25, que nos recuerda que Jesucristo vive siempre para interceder por nosotros.

Te agradecemos por el regalo incomparable de tener un Salvador que no solo nos salva completamente, sino que también intercede incesantemente a nuestro favor. Que podamos acercarnos a ti con confianza, sabiendo que en Jesucristo encontramos el camino hacia tu presencia. Que nuestra vida de oración refleje la confianza en la intercesión continua de nuestro Sumo Sacerdote, y que nuestra adoración sea una respuesta a su fidelidad eterna. En el nombre de Jesús oramos, amén.

EL MISTERIO DE CRISTO EN NOSOTROS

"A estos Dios se propuso dar a conocer cuál es la gloriosa riqueza de este misterio entre las naciones, que es Cristo en ustedes, la esperanza de gloria. A este Cristo proclamamos, aconsejando y enseñando con toda sabiduría a todas las personas, para presentarlas completamente maduras en su unión con Cristo”. Colosenses 1:27-28.

Querido hermano o hermana en Cristo,
En Colosenses 1:27-28, el apóstol Pablo nos revela un profundo misterio que Dios ha querido dar a conocer a través de nosotros, los creyentes. Este misterio es nada menos que Cristo en nosotros, la esperanza de gloria. Es un recordatorio poderoso de que nuestra relación con Dios no se basa en rituales externos o prácticas religiosas, sino en la presencia viva y transformadora de Cristo en nuestras vidas.

El hecho de que Cristo habite en nosotros es algo asombroso y maravilloso. No solo somos llamados a creer en Él, sino que también se nos ha dado el privilegio de ser portadores de su presencia. Esto significa que en cada circunstancia, en cada desafío y en cada alegría, podemos confiar en que Cristo está con nosotros, dándonos esperanza y fortaleza.

Como creyentes, tenemos la responsabilidad de compartir este misterio con los demás. Pablo nos anima a anunciar a Cristo, amonestar y enseñar con sabiduría a todas las personas para presentarlas perfectas en Él. Nuestra misión es proclamar la buena noticia del evangelio y ayudar a otros a descubrir el gozo y la esperanza que se encuentra en una relación personal con Jesús.

En este día, te animo a reflexionar sobre el misterio de Cristo en ti. Permítele que su presencia transforme cada área de tu vida y te llene de esperanza y confianza. Reconoce el privilegio que tienes de compartir este misterio con otros y busca oportunidades para hablar de Cristo y su amor redentor.

Oración

Querido Dios, gracias por el misterio de Cristo en nosotros, la esperanza de gloria. Ayúdanos a vivir en la plenitud de esta verdad y a compartirlo con aquellos que nos rodean. Capacítanos para anunciar a Cristo, amonestar y enseñar con sabiduría, para que podamos presentar a otros perfectos en Él. En el nombre de Jesús, amén.

Aclaración

Este Blog no tiene fines de lucro, ni propósitos comerciales, el único interés es compartir los gustos y las preferencias de su autor, con personas afines. Julio Carreto. Predicador