JESUCRISTO COMO SALVADOR Y MEDIADOR

El versículo Hebreos 7:25 dice: "Por lo tanto, puede salvar completamente a los que por medio de él se acercan a Dios, porque vive siempre para interceder por ellos". 

Esta poderosa declaración nos revela una verdad transformadora sobre el papel de Jesucristo como nuestro Salvador y Mediador. 

El versículo comienza con la afirmación "Por lo tanto", lo que indica que lo que sigue está estrechamente relacionado con lo que se ha mencionado anteriormente en el pasaje. Antes de este versículo, el autor de Hebreos ha estado hablando sobre la superioridad del sacerdocio de Jesucristo en comparación con el sacerdocio levítico. Jesucristo, nuestro sumo sacerdote, es presentado como aquel que es capaz de salvar completamente a aquellos que se acercan a Dios a través de él. Esta salvación es completa, abarcando todos los aspectos de nuestras vidas: espiritual, emocional, física y eterna.

La afirmación de que Jesucristo "puede salvar completamente" es una fuente de esperanza y consuelo para los creyentes. En un mundo lleno de incertidumbre y aflicción, es reconfortante saber que tenemos un Salvador que es capaz de llevarnos a través de cualquier circunstancia. No importa cuán desesperada sea nuestra situación, Jesucristo tiene el poder y la disposición de salvarnos. Esta verdad nos invita a depositar nuestra confianza en él y a acercarnos a Dios con la certeza de que seremos recibidos y salvados.

La frase "a los que por medio de él se acercan a Dios" resalta el papel mediador de Jesucristo. Él es el puente entre la humanidad caída y un Dios santo. A través de su sacrificio en la cruz, Jesucristo ha eliminado la barrera del pecado que nos separaba de Dios, permitiéndonos acercarnos a él con libertad y confianza. No importa cuán lejos nos hayamos alejado de Dios, en Jesucristo encontramos el camino de regreso a su presencia. Él nos invita a acercarnos a Dios, sabiendo que tenemos un mediador que intercede por nosotros de manera constante.

La afirmación "porque vive siempre para interceder por ellos" revela la naturaleza continua y efectiva del ministerio de intercesión de Jesucristo. A diferencia de los sacerdotes levíticos, cuyo ministerio estaba limitado por la mortalidad y la necesidad de ofrecer repetidamente sacrificios por los pecados, Jesucristo vive eternamente y ejerce un sacerdocio perpetuo. Su intercesión a nuestro favor no tiene fin, y su eficacia no disminuye con el tiempo. Jesucristo está constantemente presentando nuestras necesidades delante de Dios, asegurando que seamos sostenidos, fortalecidos y restaurados en nuestra relación con el Padre.

El versículo concluye con una oración para Dios: "Por tanto, vive siempre para interceder por ellos." Esta oración es una afirmación de la realidad continua de la intercesión de Jesucristo. Nos invita a alabar a Dios por la fidelidad y el amor demostrados a través de la intercesión de su Hijo. Al reconocer la obra perseverante de Jesucristo en nuestro favor, nuestra adoración se intensifica y nuestra gratitud se desborda. Esta oración nos recuerda que tenemos un Salvador que no solo nos salvó en el pasado, sino que continúa intercediendo por nosotros en el presente, asegurando nuestra firmeza en la fe y nuestra comunión con Dios.

En respuesta a la verdad revelada en Hebreos 7:25, podemos acercarnos a Dios en oración, sabiendo que tenemos un Salvador que vive para interceder por nosotros. Podemos presentar nuestras necesidades, preocupaciones y anhelos delante de Dios, confiando en que Jesucristo está intercediendo por nosotros con compasión y poder. 

Oración 

Dios todopoderoso, te alabamos por la verdad revelada en Hebreos 7:25, que nos recuerda que Jesucristo vive siempre para interceder por nosotros.

Te agradecemos por el regalo incomparable de tener un Salvador que no solo nos salva completamente, sino que también intercede incesantemente a nuestro favor. Que podamos acercarnos a ti con confianza, sabiendo que en Jesucristo encontramos el camino hacia tu presencia. Que nuestra vida de oración refleje la confianza en la intercesión continua de nuestro Sumo Sacerdote, y que nuestra adoración sea una respuesta a su fidelidad eterna. En el nombre de Jesús oramos, amén.

EL MISTERIO DE CRISTO EN NOSOTROS

"A estos Dios se propuso dar a conocer cuál es la gloriosa riqueza de este misterio entre las naciones, que es Cristo en ustedes, la esperanza de gloria. A este Cristo proclamamos, aconsejando y enseñando con toda sabiduría a todas las personas, para presentarlas completamente maduras en su unión con Cristo”. Colosenses 1:27-28.

Querido hermano o hermana en Cristo,
En Colosenses 1:27-28, el apóstol Pablo nos revela un profundo misterio que Dios ha querido dar a conocer a través de nosotros, los creyentes. Este misterio es nada menos que Cristo en nosotros, la esperanza de gloria. Es un recordatorio poderoso de que nuestra relación con Dios no se basa en rituales externos o prácticas religiosas, sino en la presencia viva y transformadora de Cristo en nuestras vidas.

El hecho de que Cristo habite en nosotros es algo asombroso y maravilloso. No solo somos llamados a creer en Él, sino que también se nos ha dado el privilegio de ser portadores de su presencia. Esto significa que en cada circunstancia, en cada desafío y en cada alegría, podemos confiar en que Cristo está con nosotros, dándonos esperanza y fortaleza.
Como creyentes, tenemos la responsabilidad de compartir este misterio con los demás. Pablo nos anima a anunciar a Cristo, amonestar y enseñar con sabiduría a todas las personas para presentarlas perfectas en Él. Nuestra misión es proclamar la buena noticia del evangelio y ayudar a otros a descubrir el gozo y la esperanza que se encuentra en una relación personal con Jesús.

En este día, te animo a reflexionar sobre el misterio de Cristo en ti. Permítele que su presencia transforme cada área de tu vida y te llene de esperanza y confianza. Reconoce el privilegio que tienes de compartir este misterio con otros y busca oportunidades para hablar de Cristo y su amor redentor.

Oración

Querido Dios, gracias por el misterio de Cristo en nosotros, la esperanza de gloria. Ayúdanos a vivir en la plenitud de esta verdad y a compartirlo con aquellos que nos rodean. Capacítanos para anunciar a Cristo, amonestar y enseñar con sabiduría, para que podamos presentar a otros perfectos en Él. En el nombre de Jesús, amén.

REDIMIDOS POR LA PRECIOSA SANGRE DE CRISTO

"Como bien saben, ustedes fueron rescatados de la vida absurda que heredaron de sus antepasados. El precio de su rescate no se pagó con cosas perecederas, como el oro o la plata, sino con la preciosa sangre de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin defecto". 1 Pedro 1:18-19.

En el libro de 1 Pedro, el apóstol nos presenta una poderosa verdad acerca de nuestra redención en Cristo Jesús. En los versículos 18 y 19 del capítulo 1, Pedro nos recuerda el precio que se pagó por nuestra salvación y cómo esto nos llama a vivir una vida santa y consagrada a Dios. 

Aquí, Pedro nos recuerda que antes de conocer a Cristo, estábamos atrapados en una vida vacía y sin propósito. Nuestro pecado nos había alejado de Dios y nos había llevado por caminos de vanidad y destrucción. Sin embargo, la buena noticia es que no fuimos rescatados con cosas corruptibles, sino con algo mucho más valioso: la preciosa sangre de Cristo.

La sangre de Jesús es el precio que se pagó por nuestra redención. En el versículo 19, Pedro continúa diciendo: "sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin defecto". Jesús, el Cordero de Dios, ofreció su vida sin mancha ni contaminación en la cruz del Calvario para liberarnos del poder del pecado y la muerte. Su sangre derramada es el único medio por el cual podemos ser purificados y reconciliados con Dios.

Este acto de amor y sacrificio nos llama a vivir una vida santa y consagrada. Pedro nos exhorta en el versículo 15 a ser santos en toda nuestra manera de vivir, porque aquel que nos llamó es santo. Nuestra respuesta a la redención de Cristo debe ser una vida que refleje su carácter y su amor. Debemos renunciar a nuestra manera de vivir pasada y abrazar una nueva identidad en Cristo, viviendo en obediencia y pureza.

La verdad de nuestra redención en Cristo es asombrosa y transformadora. Fuimos comprados a un alto precio, la sangre preciosa de Jesús. Esta realidad debe impactar cada aspecto de nuestras vidas, recordándonos la importancia de vivir de acuerdo a la voluntad de Dios y en obediencia a su Palabra.

Oracíón

Padre celestial, te damos gracias por la redención que tenemos en Cristo Jesús. Gracias por el precio que se pagó en la cruz para liberarnos del pecado y restaurar nuestra relación contigo. Ayúdanos a vivir en la plenitud de esta redención, renunciando a nuestra manera de vivir pasada y abrazando una vida santa y consagrada a ti. Capacítanos para vivir de acuerdo a tu voluntad y en obediencia a tu Palabra. Que nuestra vida sea un reflejo de tu amor y gracia. En el precioso nombre de Jesús, amén.

LA SOBERANÍA DE DIOS

En el versículo Romanos 14:11, encontramos la poderosa declaración: "Tan cierto como que yo vivo, dice el Señor, ante mí se doblará toda rodilla, y toda lengua confesará a Dios". 

Este versículo nos invita a reflexionar sobre la soberanía de Dios y el reconocimiento universal de su autoridad. 

La carta a los Romanos, escrita por el apóstol Pablo, es una de las epístolas más profundas y teológicamente ricas del Nuevo Testamento. En ella, Pablo aborda una variedad de temas, incluyendo la justificación por la fe, la ley y la gracia, la vida en el Espíritu, y la relación entre los judíos y los gentiles en la iglesia primitiva. El capítulo 14 se centra en las disputas entre los creyentes en relación con las diferencias de opiniones y prácticas en asuntos no esenciales de la fe.
En el versículo 11, Pablo cita una profecía del Antiguo Testamento, específicamente Isaías 45:23, para subrayar la universalidad de la soberanía de Dios. Esta declaración resuena con un tono de certeza y autoridad, afirmando que llegará un momento en el que toda rodilla se doble y toda lengua confiese a Dios. Esta imagen evoca una escena de reverencia y sumisión universal ante el Señor.

A primera vista, este versículo puede parecer intimidante o incluso amenazante, especialmente para aquellos que no están familiarizados con el contexto bíblico o que tienen una comprensión limitada de la naturaleza de Dios. Sin embargo, al profundizar en su significado, descubrimos que esta declaración es, en última instancia, una manifestación del amor y la gracia de Dios.

La idea de que "ante mí se doblará toda rodilla, y toda lengua confesará a Dios" nos recuerda que, en última instancia, Dios restaurará su autoridad y justicia en todo el universo. Esta es una promesa de esperanza y redención, no solo para los creyentes, sino para toda la creación. La soberanía de Dios no es un concepto abstracto, sino una realidad que tiene implicaciones profundas en nuestras vidas cotidianas.

Para comprender plenamente el significado de esta afirmación, es importante considerar su contexto dentro de la narrativa más amplia de la Biblia. Desde el principio, la Escritura nos presenta a un Dios soberano y amoroso que creó el mundo y todo lo que hay en él. A lo largo de la historia humana, vemos cómo Dios ha estado trabajando para restaurar la relación rota entre la humanidad y él mismo.

La confesión y la sumisión ante Dios no solo son actos de reconocimiento de su autoridad, sino también expresiones de adoración y gratitud por su amor y gracia inmerecidos. En el Nuevo Testamento, encontramos que la confesión de Jesucristo como Señor es fundamental para la salvación y la vida cristiana. En Filipenses 2:10-11, se nos dice que "en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre".

Esta conexión entre la confesión de Jesucristo como Señor y la exaltación de Dios Padre resalta la centralidad de Cristo en la revelación de la soberanía divina. En Jesucristo, vemos la plenitud del amor y la justicia de Dios manifestados de una manera tangible y accesible para la humanidad. Su vida, muerte y resurrección son el fundamento de nuestra fe y la base sobre la cual podemos acercarnos a Dios con confianza y esperanza.

Al reflexionar sobre Romanos 14:11, también debemos considerar su aplicación práctica en nuestras vidas diarias. Reconocer la soberanía de Dios implica someternos a su voluntad y buscar su dirección en todas las áreas de nuestra vida. 

Oración 

Dios misericordioso y soberano, ante ti nos inclinamos con humildad y reverencia, reconociendo tu autoridad sobre todas las cosas. Que nuestras vidas reflejen la confesión de que tú eres el Señor, y que nuestras acciones y palabras sean una manifestación de tu amor y gracia en el mundo. Amén.

LA CREACIÓN COMO TESTIMONIO DEL PODER DE DIOS

"Porque desde la creación del mundo las cualidades invisibles de Dios, es decir, su eterno poder y su naturaleza divina, se perciben claramente a través de lo que él creó, de modo que nadie tiene excusa". Romanos 1:20.

En el ajetreo y el bullicio de la vida, a menudo podemos perdernos en las trivialidades cotidianas y olvidar la grandeza de Dios. Sin embargo, el versículo de hoy nos recuerda que Dios se revela claramente a través de su creación, invitándonos a maravillarnos con su poder y gloria.

La Creación como Testimonio del Poder de Dios

La creación es una vasta y compleja sinfonía de maravillas. Desde las imponentes montañas hasta los diminutos microorganismos, cada aspecto del mundo natural proclama el poder de Dios. Los cielos estrellados, con sus incontables galaxias, hablan de la inmensidad y la majestad de su Creador. Los océanos embravecidos y las tormentas rugientes demuestran su poderío y control sobre las fuerzas de la naturaleza.

La Creación como Revelación de la Naturaleza Divina de Dios

Además de su poder, la creación también revela la naturaleza divina de Dios. La intrincada belleza de una flor, la gracia de un ciervo saltando y la tierna compasión de una madre por su hijo, todas estas cosas apuntan a las cualidades de amor, bondad y misericordia de Dios. La creación es un reflejo de la imagen de Dios, invitándonos a conocer su carácter y a experimentar su presencia en nuestras vidas.

La Creación como Prueba de la Responsabilidad Humana

El versículo de hoy concluye afirmando que "nadie tiene excusa". La creación es un testimonio tan claro del poder y la naturaleza de Dios que todos somos responsables de reconocerlo y responderle. No podemos afirmar ignorancia o negar su existencia. La creación nos desafía a buscar a Dios, a adorarlo y a vivir nuestras vidas en armonía con su voluntad.

¿Cómo podemos aplicar este versículo a nuestras propias vidas? Aquí hay algunas sugerencias:

Tómate tiempo para observar la creación: Sal a la naturaleza y contempla su belleza y complejidad. Permite que la creación te inspire asombro y gratitud por el poder y la gloria de Dios.

Busca a Dios en la creación: Cuando veas algo hermoso o asombroso en el mundo natural, tómalo como una oportunidad para conectarte con Dios. Reconoce su presencia y adóralo por su grandeza.

Vive en armonía con la creación: Comprende que la creación es un regalo de Dios y trátalo con respeto. Protege el medio ambiente y vive de una manera que honre a Dios y a su creación.

Oración

Padre celestial,

Te damos gracias por la asombrosa creación que nos has dado. A través de su belleza y complejidad, nos revelas tu poder y tu naturaleza divina. Ayúdanos a ver tu presencia en todas las cosas y a maravillarnos con tu grandeza.

Perdónanos por las veces que hemos ignorado tu creación o no hemos apreciado su belleza. Ayúdanos a ser buenos administradores de tu mundo y a vivir en armonía con tu voluntad.

En el nombre de Jesús, amén.

JESÚS ES UNO CON DIOS

Juan 10:28-30:  "Yo les doy vida eterna, y nunca perecerán, ni nadie podrá arrebatármelas de la mano. Mi Padre, que me las ha dado, es más grande que todos; y de la mano del Padre nadie las puede arrebatar. El Padre y yo somos uno."

Este pasaje de la Biblia, es una poderosa afirmación de la seguridad y la eternidad de nuestra salvación en Cristo. Jesús nos asegura que, una vez que somos suyos, nada ni nadie puede arrebatarnos de su mano. Esta es una promesa de seguridad eterna, una garantía de que nuestra salvación es segura en Él.

La vida eterna es un regalo que Jesús da a aquellos que creen en Él. No es algo que podamos ganar o merecer, sino un regalo de gracia. Y una vez que lo recibimos, es nuestro para siempre. Jesús dice que nunca pereceremos, lo que significa que una vez que tenemos vida eterna, nunca la perderemos. Esta es una promesa de eternidad, una garantía de que nuestra vida en Cristo es eterna.

Además, Jesús dice que nadie puede arrebatarnos de la mano de Dios. Esto significa que nada ni nadie puede separarnos de Dios. Ni la muerte, ni la vida, ni los ángeles, ni los demonios, ni el presente, ni el futuro, ni los poderes, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa en toda la creación, podrá separarnos del amor de Dios que es en Cristo Jesús nuestro Señor (Romanos 8:38-39). Esta es una promesa de seguridad, una garantía de que estamos seguros en las manos de Dios.

Finalmente, Jesús afirma que Él y el Padre son uno. Esto significa que Jesús es igual a Dios en esencia y naturaleza. Él es completamente Dios y completamente humano. Y porque Jesús es uno con Dios, podemos estar seguros de que sus promesas son verdaderas y seguras. Si Jesús dice que tenemos vida eterna y que nadie puede arrebatarnos de la mano de Dios, podemos estar seguros de que es verdad.

Por lo tanto, este pasaje nos da una gran seguridad y consuelo. Podemos estar seguros de nuestra salvación, sabiendo que es eterna y segura. Podemos descansar en las promesas de Jesús, sabiendo que son verdaderas y seguras. Y podemos vivir con la confianza de que nada ni nadie puede separarnos del amor de Dios en Cristo Jesús.

Oración

Querido Dios, gracias por la promesa de vida eterna en Jesús. Gracias por la seguridad de nuestra salvación, sabiendo que nada ni nadie puede arrebatarnos de tu mano. Ayúdanos a descansar en tus promesas y a vivir con la confianza de que estamos seguros en ti. En el nombre de Jesús, amén.

Aclaración

Este Blog no tiene fines de lucro, ni propósitos comerciales, el único interés es compartir los gustos y las preferencias de su autor, con personas afines. Julio Carreto. Predicador