DIOS, MI ROCA INQUEBRANTABLE Y REFUGIO SEGURO

"Él solamente es mi roca y mi salvación; es mi refugio, no resbalaré". Salmo 62:6 (RVR60)

Este hermoso versículo, escrito por el rey David, refleja una confianza profunda y absoluta en Dios. Es una declaración de fe que surge de una relación íntima y personal con el Señor. David no estaba ajeno a las dificultades; enfrentó persecuciones, traiciones, guerras y momentos de profunda angustia. Sin embargo, en medio de todo, encontraba en Dios un refugio seguro y una fuente inquebrantable de fortaleza.

"Él solamente es mi roca y mi salvación"

David comienza destacando la exclusividad de Dios como su refugio y salvación. La palabra "solamente" resalta que no hay otra fuente de estabilidad o salvación para él. En un mundo lleno de incertidumbres y opciones, David decide anclar su vida en Dios. Una roca simboliza estabilidad, firmeza y seguridad. Así como una roca resiste las tormentas y permanece inamovible, Dios es nuestra base sólida en medio de las pruebas. 

Este versículo nos invita a reflexionar: ¿estamos dependiendo de Dios como nuestra única roca? Muchas veces, buscamos estabilidad en cosas pasajeras como las posesiones materiales, el reconocimiento, o incluso en las personas. Sin embargo, estas cosas, aunque puedan brindar alivio momentáneo, no tienen el poder de sostenernos en los momentos más oscuros de la vida. Solo Dios, como nuestra roca eterna, puede darnos la seguridad y la paz que nuestras almas necesitan.

Por otro lado, David llama a Dios "mi salvación". Esto habla de la obra redentora de Dios en nuestras vidas. Él no solo nos rescata de nuestros enemigos externos, sino también de nuestra propia condición de pecado. En Cristo, encontramos la plenitud de esta salvación, ya que a través de Su sacrificio, hemos sido reconciliados con Dios y liberados del poder del pecado y de la muerte. Esta salvación no es solo un evento del pasado; es una realidad continua que nos sostiene diariamente.

"Es mi refugio"

La imagen de Dios como un refugio evoca protección, seguridad y consuelo. Un refugio es un lugar donde podemos escondernos de los peligros y las tormentas de la vida. Para David, Dios no era solo una idea o un concepto, sino un lugar real de descanso y seguridad. Cuando enfrentaba enemigos o momentos de incertidumbre, sabía que podía correr a Dios y encontrar paz.

Hoy, esta verdad sigue siendo relevante. En medio de las dificultades y las ansiedades que enfrentamos, Dios nos invita a encontrar refugio en Él. Este refugio no significa la ausencia de problemas, sino la certeza de que estamos protegidos por Su amor y Su poder. No importa cuán fuertes sean las tormentas de la vida, podemos descansar en la presencia de Dios, sabiendo que Él es nuestro refugio inquebrantable.

"No resbalaré"

David concluye con una declaración de confianza total: "No resbalaré". Esto no significa que nunca enfrentaremos dificultades, sino que, al estar firmes en Dios, no seremos derrotados por ellas. Aunque las pruebas puedan sacudirnos, nuestra fe en Dios nos sostiene y evita que caigamos en la desesperación. Él es quien nos mantiene de pie cuando nuestras fuerzas se acaban.

En nuestra vida diaria, es fácil sentirnos inestables. Las preocupaciones, los fracasos y las incertidumbres pueden hacernos sentir como si estuviéramos a punto de caer. Pero este versículo nos recuerda que, cuando nuestra confianza está en Dios, podemos estar firmes. Él nos da la estabilidad y la fortaleza que necesitamos para seguir adelante, aun en los momentos más difíciles.

Reflexión final

El Salmo 62:6 es una invitación a hacer de Dios nuestra única fuente de seguridad y confianza. Nos llama a depender completamente de Él como nuestra roca, nuestra salvación y nuestro refugio. No importa lo que enfrentemos, podemos tener la certeza de que, en Él, estamos seguros y firmes. Este versículo nos anima a vivir una vida de fe y confianza, recordando que, con Dios como nuestra base, no resbalaremos.

Oración

Señor, gracias porque Tú eres mi roca, mi salvación y mi refugio. En medio de las tormentas de la vida, encuentro en Ti estabilidad y paz. Ayúdame a confiar solamente en Ti, dejando de buscar seguridad en las cosas pasajeras. Enséñame a descansar en Tu presencia y a depender completamente de Tu fortaleza. Gracias porque, al estar en Ti, no resbalaré. Te alabo por Tu fidelidad y Tu amor eterno. En el nombre de Jesús, amén.

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