CONOCIENDO AL PADRE A TRAVÉS DE JESÚS: UNA RELACIÓN TRANSFORMADORA

 "Si me conocieseis, también a mi Padre conoceríais; y desde ahora le conocéis, y le habéis visto". Juan 14:7 (RVR60).

Este versículo forma parte de una de las enseñanzas más íntimas y profundas de Jesús a Sus discípulos. En Juan 14, Jesús se prepara para Su partida y consuela a los discípulos asegurándoles que Él es el camino al Padre. En este contexto, Jesús hace una declaración asombrosa: conocerlo a Él es conocer al Padre. Es una invitación a comprender la unidad perfecta entre Jesús y Dios Padre, y una promesa de que, al seguir a Jesús, tenemos acceso a una relación personal con el Dios eterno.

"Si me conocieseis, también a mi Padre conoceríais"

Jesús comienza este versículo con una declaración de identidad. Él no solo está afirmando Su divinidad, sino también Su papel como revelador del Padre. En el Antiguo Testamento, los profetas hablaron de Dios y revelaron aspectos de Su carácter, pero Jesús es la manifestación plena de Dios en la tierra. Si los discípulos realmente entendieran quién es Jesús, también entenderían quién es el Padre.  

Esto nos enseña que conocer a Dios no es solo un acto intelectual, sino una experiencia relacional. No se trata simplemente de saber acerca de Él, sino de conocerlo a través de una relación personal con Jesús. A través de Jesús, vemos el corazón del Padre: Su amor, Su misericordia, Su justicia y Su deseo de reconciliarse con nosotros. Esta verdad nos invita a reflexionar sobre nuestra propia relación con Jesús. ¿Lo conocemos realmente? ¿Estamos buscando profundizar nuestra relación con Él para conocer al Padre más profundamente?

"Desde ahora le conocéis, y le habéis visto"

En esta declaración, Jesús afirma que al verlo a Él, los discípulos ya han visto al Padre. Esta es una revelación profunda: Jesús no solo vino a hablar acerca de Dios, sino a mostrarlo en Su vida, Sus obras y Su carácter. Cuando leemos acerca de las palabras y acciones de Jesús en los Evangelios, estamos viendo cómo es Dios. Cada milagro, cada enseñanza y cada acto de compasión nos revelan quién es el Padre.  

Esta verdad tiene implicaciones poderosas para nuestra vida diaria. Nos recuerda que no necesitamos buscar a Dios en lugares lejanos o en experiencias místicas complicadas. Dios se ha acercado a nosotros en la persona de Jesucristo. A través de Su Palabra y de la obra del Espíritu Santo, podemos conocer al Padre y experimentar Su presencia en nuestra vida.  

Además, esta afirmación de Jesús nos invita a confiar en Él plenamente. Él es la imagen visible del Dios invisible (Colosenses 1:15). Si queremos conocer al Padre, debemos mirar a Jesús. Esto nos da seguridad en nuestra fe, porque sabemos que no estamos siguiendo a un Dios distante, sino a un Dios que se ha revelado a nosotros de manera cercana y comprensible.

Conocer al Padre a través de Jesús

Este versículo nos desafía a profundizar nuestra relación con Jesús para conocer mejor al Padre. No se trata solo de seguir un conjunto de reglas o de participar en prácticas religiosas, sino de caminar con Jesús, escuchar Su voz y permitir que Su vida transforme la nuestra.  

Conocer al Padre a través de Jesús también nos libera del temor y de la incertidumbre. Cuando conocemos al Padre, entendemos que Él nos ama, nos perdona y tiene un plan perfecto para nuestra vida. Esto nos da paz, incluso en medio de las dificultades, porque sabemos que estamos en las manos de un Dios bueno y fiel.

Finalmente, este versículo nos llama a compartir esta verdad con los demás. Muchas personas buscan a Dios sin saber dónde encontrarlo. Nuestra tarea, como seguidores de Jesús, es mostrar a través de nuestras palabras y acciones que Él es el camino al Padre. Al reflejar el amor y el carácter de Cristo, ayudamos a otros a ver a Dios y a conocer Su corazón.

Oración

Señor Jesús, gracias por revelarnos al Padre a través de Tu vida, Tus palabras y Tus obras. Ayúdame a conocerte más profundamente cada día, para que también pueda conocer al Padre y vivir en una relación cercana con Él. Que mi vida sea un reflejo de Tu amor y Tu carácter, para que otros puedan ver en mí la obra de Dios. Enséñame a caminar contigo, confiando en que Tú eres el camino, la verdad y la vida. Gracias porque en Ti tengo acceso al Padre y la certeza de Su amor eterno. Amén.

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