"Y dijo: «Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo he de partir. El Señor ha dado, y el Señor ha quitado. ¡Bendito sea el nombre del Señor!»" Job 1:21 NVI..
Después de perder a sus hijos, su riqueza y su salud, Job pronunció esta frase, que es un testimonio de su fe inquebrantable y su sumisión a la voluntad de Dios. Job reconoce que Dios es la fuente de todo lo que tiene y que Dios tiene el derecho de quitárselo todo en cualquier momento.
Además, Job reconoce que la muerte es su objetivo final y que la vida es meramente un estado temporal. Valora más la vida y se enfoca en lo que realmente importa: su relación con Dios y su sentido de propósito como resultado de su humilde aceptación de su propia mortalidad.
La cita "El Señor ha dado, y el Señor ha quitado" sirve como un recordatorio de que la vida está llena de altibajos, y que debemos aprender a aceptar tanto lo bueno como lo malo. Podemos encontrar consuelo y esperanza al poner nuestra fe en Dios y su propósito para nuestras vidas, incluso en las circunstancias más difíciles.
En conclusión, Job 1:21 es un llamado a vivir humildemente, con acción de gracias y en la confianza de Dios, sin importar las circunstancias de la vida. Nos invita a tener presente que todo lo que poseemos es un don de Dios, y que nuestro principal deber es usarlo sabiamente y buscar constantemente su voluntad.
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