«La Tolerancia»

Por Phillip Gray, La Verdad Para el Mundo

Bienvenido al programa, «La Verdad Para el Mundo.» Hoy día, se habla con frecuencia acerca de la tolerancia. Se puede acercarse a este tema general desde distintos ángulos o puntos de vista. Algunos discursan sobre la tolerancia política. Otros se preocupan por la tolerancia social o cultural. Pero, hay razones adecuades para analizar aquí el tema de la tolerancia ideológica o sea intelectual. Después del himno, volveremos al tema de la tolerancia y la bíblia:

¿Qué es la tolerancia? El Diccionario de la Real Academia de la Lengua Españoa da la definición de la «tolerancia» en manera siguiente: «tolerancia...acción o efecto de tolerar.» Otro significado es «respecto y consideración hacia las opiniones o prácticas de los demás, aunque repugnen a las nuestras.» Además, el verbo «tolerar» es definido como: «sufrir, llevar con paciencia» y «permitir algo que no se tiene por lícito, sin aprobarlo expresamente.» A veces, cuando predicamos la verdad de Dios en la bíblia como la entendemos, algunos nos acusan de ser intolerantes. Dicen que no se debe criticar ni juzgar la creencia de nadie, porque los cristianos deben de ser tolerantes. (Claro, se olvidan que ellos mismo están criticando y juzgando a nosotros cuando dicen tal cosa.) ¿Pero, qué enseña la bíblia respecto a la tolerancia?

Encontramos varios ejemplos en la vida de Jesucristo que aclaran la postura bíblica acerca de la tolerancia. Podemos asumir que Cristo es nuestro mejor ejemplo. Entonces, debemos de imitarle en todo, incluso en su manera de exhibir la tolerancia o la intolerancia.

En primer lugar, vemos un acontemcimiento extraordinario en Juan 2:13-16. El texto dice: «Estaba cerca la pascua de los judíos; y subió Jesús a Jerusalén, y halló en el templo a los que vendían bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas allí sentados. Y haciendo un azote de cuerda, echó fuera del templo a todos, y las ovejas y los bueyes; y esparció las monedas de los cambistas, y volcó las mesas; y dijo a los que vendían palomas: Quitad de aquí esto, y no hagáis de la casa de mi Padre casa de mercado.» Aquí, Cristo no toleraba la profanación del templo, y los criticó por haberlo hecho.

En segundo lugar, Cristo no toleraba las enseñanzas falsas de los fariseos en Mateo 15:9, y 12-14. Dijo: «Pues en vano me honran, enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres.…Entonces acercándose sus discípulos, le dijeron: ¿Sabes que los fariseos se ofendieron cuando oyeron esta palabra? Pero respondiendo él, dijo: Toda planta que no plantó mi Padre celestial, será desarraigada. Dejadlos; son ciegos guías de ciegos; y si el ciego guiare al ciego, ambos caerán en el hoyo.» ¿Podemos decir que Cristo toleraba a los fariseos y sus ideas falsas? La respuesta es obvia. (Para inscribirse en nuestro curso bíblico por correspondencia, escriba a: La Verdad Para el Mundo, Apartado 515, Villa Rica, Georgia, 30180 EE.UU.; Apartado 515, Villa Rica, Georgia, 30180.)

¿Qué enseña la bíblia tocante la tolerancia? En tercer lugar, Cristo reclamó que hay solo un camino para el cielo. En Juan 14:6 declaró: «Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.» Dijo en Mateo 7:13,14: «Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.» ¿Hasta qué punto fue tolerante Cristo? Bueno, hasta el punto de explicar que existe solamente un camino.

En cuarto lugar, Cristo edificó sólo una iglesia. Dijo a Simón Pedro en Mateo 16:18: «…Sobre esta roca edificaré mi iglesia, y las puertas del hades no prevalecerán contra ella.» Mencionó «mi iglesia»—singular—no «mis iglesias»—plural. Efesios 1:22,23 explica que la iglesia es el cuerpo de Cristo, y Efesios 4:4 añade que hay «un cuerpo.» Por ende, hay una iglesia. Cristo no pudo haber sido más tolerante que esto de aceptar solamente una iglesia.

En quinto lugar, los apóstoles de Cristo, que fueron guiados por el Espíritu Santo enviado por Cristo y de Cristo (Juan 14:26; 16:13), especificaron que la salvación se encuentra solamente en Cristo. Pedro dijo en Hechos 4:12: «Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.» 2 Juan 9 agrega: «Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, ése sí tiene al Padre y al Hijo.» En un sentido, esa postura no parece ser muy «tolerante» en nuestro mundo del pluralismo y el relativismo. Sin embargo, no debemos de tolerar tampoco participar «en las obras infructuosas de las tinieblas, sino reprenderlas.» (Efesios 5:12). (Para nuestro curso bíblico, puede escribir a: La Verdad Para el Mundo, Apartado 515, Villa Rica, Georgia, 30180 EE.UU.; Apartado 515, Villa Rica, Georgia, 30180.)

Hemos visto que desde el punto de vista doctrinal (o sea en el nivel intelectual e ideológico), no debemos de ser tolerantes del error. No obstante, considerado desde el punto de vista social y política, la tolerancia es un valor cristiano. En ese sentido, es «el pleno respeto para la Libertad ajena» como escribió cierto pensador en el internet. Yo respeto el derecho social y político de mi prójimo de no estar de acuerdo conmigo. Es que, la verdad no tiene nada que temer de esa clase de libertad de conciencia. Por tanto, aquellos que tienen la verdad no tienen que emplear los medios injustos para oponerse a sus rivales, tales como hacer la interferencia intencional en las ondas radiales, o prohibir la conexión con el internet por temor de lo que algunos pueden aprender en lo mismo, o como quemar los tratados y libros enviados por el correo, o como expulsar con fuerza a aquellos voceros de otros puntos de vista que no estén de acuerdo con los de ellos. Aquellos que utilizan tales medios ya saben que no pueden jugar de acuerdo con las reglas. Se dan cuenta que no tienen razón, y que sus creencias no pueden ganar en el campo nivelado y honorable del diálogo público. Por eso, tienen que recurrir a los únicos medios que pueden utilizar para mantener sus creencias falsas—la fuerza y la intolerancia política y social.

En cambio, Cristo dijo que tenemos que amar y hacer bien aún para con nuestros enemigos (Mateo 5:44). Tenemos que estar en paz con todos los hombres como sea posible (Romanos 12:18). Hay que practicar la regla de oro de Mateo 7:12 y hacer con los hombres lo que queremos que ellos hagan con nosotros. La religión cristiana es una religión muy tolerante, porque no enseña el uso de la fuerza para difundir o defender el evangelio (Juan 18:36). No hay que utilizar los medios sucios para oponerse al error. Pablo nos exhorta en Efesios 4:14-15: «para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estrategema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error, sino que siguiendo la verdad en amor….» Por eso, de modo social y político, tenemos que sufrir con paciencia a otros que todavía no han descubierto la verdad sino que están busquándola, como nosotros la hayamos busquado en nuestras vidas. (Escriba a: La Verdad Para el Mundo, Apartado 515, Villa Rica, Georgia, 30180; Apartado 515, Villa Rica, Georgia, 30180 EE.UU.)

Entonces, el cristiano debe de ser ambos tolerante e intolerante: tolerante del derecho político y social de la libertad de conciencia de cada uno, e intolerante intelectualmente de cualquier idea que se oponga a la verdad (Juan 8:32), tan intolerante para creer y obedecer sólo al único evangelio (Marcos 16:16; 1 Pedro 4:17)—en fin, tan intolerante para defender la verdad a pesar de toda oposición y persecución (2 Timoteo 3:12). ¡Qué irónico, que muchos son muy intolerantes social y políticamente de nuestra así-llamada «intolerancia intelectual» por defender el derecho de la tolerancia social y política aún para ellos! Pero, ¿de qué tiene que tener miedo la verdad? Gracias, y hasta la próxima.

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