Mateo 18:15 (RVR60):
"Por tanto, si tu hermano peca contra ti, vé y repréndele estando tú y él solos; si te oyere, has ganado a tu hermano."
Introducción: El Corazón de la Restauración
En un mundo donde las relaciones suelen fracturarse por malentendidos, ofensas o conflictos no resueltos, Jesús nos entrega en Mateo 18:15 un principio divino para la reconciliación. Este versículo no es solo un consejo práctico, sino un reflejo del corazón de Dios: un llamado a buscar la unidad y la sanación en medio de la imperfección humana.
1. La Responsabilidad Personal
Jesús comienza diciendo: "Si tu hermano peca contra ti, vé…". No dice: "Espera a que él venga a ti" o "Habla de ello con otros primero". La iniciativa es nuestra. Muchas veces, por orgullo o temor, evitamos enfrentar el problema directamente, pero Cristo nos enseña a actuar con valentía y amor. Como escribió Pablo: "Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo" (Gálatas 6:2).
2. La Privacidad como Refugio
"...repréndele estando tú y él solos." Jesús enfatiza la discreción. La meta no es humillar, sino restaurar. En la intimidad del diálogo personal, evitamos exponer al otro a vergüenza innecesaria y creamos un espacio seguro para la confesión y el perdón. Proverbios 10:12 dice: "El odio despierta rencillas, pero el amor cubrirá todas las faltas."
3. El Objetivo: Ganar al Hermano
"Si te oyere, has ganado a tu hermano." La reconciliación es victoria. No se trata de tener la razón, sino de recuperar la comunión. En la familia de Dios, cada relación restaurada es un triunfo del amor sobre el pecado. Como dice Romanos 12:18: "Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres."
4. El Modelo de Cristo
Jesús no solo enseñó esto, sino que lo vivió. Aunque fuimos nosotros quienes pecamos contra Él, Él tomó la iniciativa de reconciliarnos con el Padre (2 Corintios 5:18-19). Su gracia nos inspira a extender esa misma misericordia a otros.
Aplicación Práctica
Reflexiona: ¿Hay alguien a quien necesites abordar con amor?
Examina tu corazón: ¿Vas con humildad o con espíritu de condena?
Actúa: Ora primero, luego busca el momento adecuado para hablar.
Conclusión
Mateo 18:15 es un llamado a ser instrumentos de paz. En un mundo dividido, la Iglesia debe brillar como modelo de reconciliación, recordando que "el amor cubre multitud de pecados" (1 Pedro 4:8).
Oración
Padre celestial, gracias por recordarnos el valor de la reconciliación. Perdónanos cuando hemos permitido que el orgullo o el resentimiento dañen nuestras relaciones. Danos valor para abordar con amor a quienes nos han ofendido, y humildad para recibir la corrección cuando somos nosotros los que hemos fallado. Que tu Espíritu nos guíe a hablar con gracia y a buscar siempre la unidad, reflejando tu corazón perdonador. Ayúdanos a ganar a nuestros hermanos, no para nuestra gloria, sino para la tuya. En el nombre de Jesús, amén.
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