Versículo Isaías 9:6 dice: “Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro: y llamárase su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz".
Este hermoso versículo de Isaías profetiza el nacimiento de Jesús, el Mesías que vendría a la Tierra para salvar a la humanidad. En este versículo, se nos presenta al niño que vendría a gobernar el mundo, traer la paz y la redención a una humanidad necesitada.
Al llamarse su nombre "Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz", Isaías nos muestra que este niño es tanto un Mesías como un Rey, y que Él gobernará con poder y sabiduría. Los nombres utilizados para describirlo nos hablan de su carácter y su propósito en la vida.
"Admirable" se refiere al asombroso y maravilloso poder de Dios, que se manifiesta en la vida de Jesucristo. "Consejero" se refiere a su papel como guía y mentor en la vida de aquellos que lo siguen. "Dios Fuerte" habla de su poder y autoridad, y su capacidad de gobernar sobre todas las cosas. "Padre Eterno" se refiere al amor compasivo y al cuidado que Dios tiene por su pueblo, y "Príncipe de Paz" habla de su capacidad de traer paz y reconciliación a un mundo lleno de conflictos.
Estas cualidades son importantes para recordar cuando nos encontramos cara a cara con los desafíos y dificultades de la vida. Jesús es nuestro guía y nuestro pastor, nos conduce y nos guía hacia el camino correcto. Él es nuestro defensor y protector y nos sostiene en momentos de prueba. Mientras más quince recordemos su presencia y amor, más fácil será superar los momentos más oscuros de la vida.
En conclusión, este versículo nos recuerda la importancia de tener a Cristo en nuestras vidas, y de confiar en Él en cada uno de los aspectos de la vida. Su nombre nos habla de su poder, su amor y su continuo cuidado y protección a nosotros. Que su nombre siga siendo fuente de guía, tranquilidad y paz en nuestra caminar. Gracias Padre por tu amor constante.
Oración
Padre Celestial, agradecemos el don de Jesús, el Mesías, el Emmanuel en nuestra vida. Gracias por su sacrificio por la humanidad y por brindarnos su amor incondicional a todos aquellos que creemos en Él. En momentos de dificultad, te pedimos que Jesús que nos enseñe, nos guíe, nos proteja y nos fortalezca. Ayúdanos a recordar que aunque enfrentamos situaciones desafiantes, siempre tendremos un Salvador que nos guía hacia el amor y la paz.
Señor, ayúdanos a recordar también el significado de su nombre; Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz. Que su presencia y amor en nuestras vidas sean fuente de paz y consuelo. Que su guía y protección sean nuestra fortaleza en la vida diaria.
Padre, te pedimos que no te apartes nunca de nosotros y que Jesús siempre sea nuestro guía y protector. Permítenos sentir su presencia y amor en nuestras vidas todos los días de nuestra existencia. Gracias por todo lo que haces por nosotros, y agradecemos de antemano cada bendición que tenemos aún por recibirse. Te pedimos por la paz para todas las personas y países del mundo, que tengan fe, amor y cuidado al prójimo y que sigamos adelante bajo la guía de tu Bendita Luz. En el nombre de nuestro Salvador, Jesucristo, amén.
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