La hormiga, que no tiene capitán, ni gobernador, ni señor, prepara su comida en el verano y recoge su sustento durante la siega, dice: "Ve a la hormiga, oh perezoso, Mira sus caminos, y sé sabio; La cual no teniendo capitán, Ni gobernador, ni señor, Prepara en el verano su comida, Y recoge en el tiempo de la siega su mantenimiento". Proverbios 6:6–8.
La hormiga, un diminuto insecto que nos enseña una valiosa lección de trabajo duro, perseverancia y previsión, es el tema de este versículo, que nos invita a aprender de él. La hormiga actúa instintivamente y en beneficio de su colonia y no bajo la dirección o el control de nadie. La hormiga aprovecha el buen tiempo para recolectar alimento que pueda almacenar para más adelante. La hormiga se esfuerza y se organiza en lugar de dejarse llevar por la pereza o la improvisación.
Podemos aprender a ser responsables y disciplinados en nuestras tareas, sin esperar que otros nos digan qué hacer, de este versículo y aplicarlo a nuestra vida. Sin pasarnos de nuestro presupuesto ni aplazar tareas que podemos realizar hoy, podemos aprender a ser previsores y prudentes. Podemos desarrollar la capacidad de trabajar juntos y apoyarnos unos a otros, anteponiendo las necesidades de los demás a las nuestras.
Dios ha usado criaturas como la hormiga para enseñarnos acerca de la sabiduría práctica. Prestemos atención a su consejo y demostremos sabiduría como ella.
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