3. LA DECISIÓN DE CREER

Marcos 4:35–41

Bienvenidos al tercer mensaje de la serie “El poder de la fe”, estoy seguro que Dios ha empezado a desafiarte tremendamente a que actives tu fe, a que vivas conforme a ella. La verdadera fe te hace ver lo que otros no ven, creer lo imposible, a creer antes de tener o ver.

En esta serie comenzamos hablando de los testimonios que dan evidencia de la fe poderosa, el que posee esta fe tiene la seguridad de que las promesas de Dios se cumplen y entonces puedes aferrarte a ella, confesarla y anhelarla. En el segundo sermón hablamos que la fe poderosa es un don de Dios, por lo tanto, la fe proviene de Dios, es obra del Espíritu Santo y por lo tanto, se activa por él y no por estímulos externos.

Si ya te queda claro que la fe poderosa no es algo que provenga de tu inteligencia o de tu motivación interna, sino de Dios, entonces, necesitas ponerla en práctica y qué mejor las situaciones difíciles como un área de oportunidad en tu vida para practicar tu fe. La mejor evidencia de poner en práctica la fe, es la acción de creer. Creer cuando ya tienes la fe poderosa, es una decisión, es una elección espiritual.

Existen varios incidentes de la vida del Señor Jesús que ilustran la importancia de elegir bien. Uno de ellos fue cuando él dio la orden de pasar al otro lado del lago, pero en el camino se atravesó una tormenta que casi sucumbía la barca donde Jesús y sus discípulos viajaban.

Es notable ver que Jesús reprendió tanto a la tormenta como a los discípulos. Aunque calmó la tormenta externa, Él esperaba que ellos confrontaran la tormenta interna. Si lees los relatos de los evangelios, te sorprenderá ver cuán a menudo Jesús ejerce control sobre los eventos climatológicos; sin embargo, casi nunca lo verás ejerciendo control sobre las decisiones internas de los discípulos. Él reprendió a la tormenta en el mar de Galilea. Esperaba que ellos podían reprender a la tormenta de temor y dudas que estaban sintiendo.

Cuando Él pregunta: « ¿Todavía no tienen fe?» Estaba sugiriendo que era posible tener fe; que se necesitaba una decisión. Ellos podrían haber elegido creer en vez de ceder a las dudas y temores. Hoy día eso es también valedero para nosotros. En su sabiduría, Dios nos ha hecho responsables a ti y a mí de los asuntos de fe. Sólo nosotros podemos controlar nuestras dudas y temores. ¿Qué pasaría si decides creer? ¿Qué efectos en tu vida tendrías? Veamos tres beneficios obtenidos por la decisión de creer.

1. Creer desecha el temor.

Utiliza una concordancia y podrás ver la orden de no temer aparece más de 50 veces en la Biblia. El consejo no aparecería si no fuera posible hacer caso. Si Jesús dice: «No teman», ¡para nosotros debe ser posible recibir el dominio sobre el temor! Romanos 8:15 Porque el Espíritu que Dios les ha dado no los esclaviza ni les hace tener miedo. (Phobia , phobos) Alarma o consternación, tener temor, en exceso, terror, de donde se deriva phebomai (estar atemorizado). Todo futuro es incierto y lo desconocido nos causa temor por naturaleza, mucha gente le tiene miedo a la muerte porque es algo desconocido e incierto. Cuando vienen los problemas o las fuertes dificultades a muchas personas les aparece el sentimiento del temor, porque no saben qué va a pasar en su futuro, porque hay una posibilidad que los resultados no sean favorables, y hay miedo de enfrentar a lo desconocido.

Cuando los discípulos se vieron en problemas en la tempestad que azotaba el barco, se pusieron primero nerviosos, preocupados; luego, estresados por la impotencia; y finalmente, temerosos por su futuro incierto, porque temían morir, así le reclamaron a Jesús: “¿No te importa que muramos?” La falta de fe te genera temor antes las vicisitudes, temor ante las amenazas, temor ante los problemas, temor ante las malas noticias de enfermedad.

El temor es muy común en el ser humano. Por esta razón debes de aprender a vivir con el poder de la fe, porque el creer en Jesús te quita el temor. Jesús les dijo a sus discípulos “pasemos del otro lado”, ¿no crees que Jesús ya sabía lo que iba a pasar en el trayecto? Por supuesto, él sabía de la tempestad antes de iniciar el trayecto, por eso se acostó a dormir tranquilamente. Los discípulos tenían miedo por su futuro incierto, no creían en la palabra de Jesús que les dijo “pasemos al otro lado”.

Cuando no crees en las promesas de Jesús, tendrás temor de las cosas que suceden en tu vida. Cuando pierdes el trabajo y tienes miedo sobre cómo vas a solventar tus gastos, pagar la colegiatura, abonar tu casa, es porque no has creído en la promesa del Señor que te dijo anteriormente: “yo te sustentaré, y te sostendré con la diestra de mi mano”. Cuando te han dicho que tienes cáncer y que tal vez sólo te quedan seis meses de vida, y tienes temor de la muerte, es porque no has creído en la promesa de Jesús que te dijo anteriormente: “yo soy tu sanador”. Cuando eres víctima de los secuestros express o de asalto a tu auto con arma en mano y tienes miedo sobre tu seguridad ante la amenaza de muerte, es porque no has creído en la promesa del Espíritu que antes te dijo: “caerán a tu lado mil y al otro diez mil, mas a ti no llegará”.

Todo esto es una decisión clara, creer o no creer, confiar en las promesas o tener miedo. Si los discípulos hubieran decidido creer en la promesa de Jesús (“pasemos al otro lado”) no hubieran tenido miedo. Porque Dios nos da el valor cuando confiamos, cuando creemos, nos fortalece y nos da paz, mira lo que dice: 2 Timoteo 1:7 Porque el Espíritu de Dios no nos hace cobardes. Al contrario, nos da poder para amar a los demás y nos fortalece para que podamos vivir una buena vida cristiana.

2. Creer te da autocontrol.

Si e creer te da la posibilidad de desechar el temor y tener valentía ante los problemas, también, te produce autocontrol o dominio propio. 2 Timoteo 1:7 porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio. (sophronismos) disciplina, autocontrol, sanidad mental.

Indica el dominio que una persona puede tener de sus reacciones, sentimientos e impulsos a través de una determinación voluntaria para poder hacerlos surgir o crecer, mantener o someter según su libre decisión. También el "Autocontrol" indica la capacidad de gestión eficiente del futuro. Se refiere a la habilidad de estar baja control durante circunstancias difíciles, pensar acertadamente baja presión.

Toda personas tiene la posibilidad de perder el autocontrol por dos causas: internas (problemas emocionales, estrés, baja autoestima, culpabilidad, depresión) y externas (enfermedad, alcohol, drogas, peligros, amenaza). Pero las causas internas de la pérdida del dominio propio o autocontrol e la falta de credibilidad. Cuando no tienes seguridad de ti mismo, eres proclive a perder el control, porque no confías en tus habilidades y potencial para responder. Pero aún con todo y la seguridad en sí mismo, las personas estarán en riesgo de perder el control y eso se debe a que no tienen un sistema de creencia superior al suyo, es decir, la fe en Dios.

Los discípulos perdieron el control, ante el peligro y la amenaza (causas externas). Estaban desesperados, no sabían si echarse al mar, tirar mercancía, no sabían si llorar, gritar, clamar o todo al mismo tiempo; pensaban que hasta ese momento, sus vidas terminaban, se había perdido toda esperanza y control de la situación. Observaron un detalle, uno de ellos estaba muy tranquilo durmiendo, sin pena alguna. Por eso lo despertaron, porque estaba fuera de control a causa de falta de fe en las promesas de Dios, acudieron a él, como el último recurso, sin pensar que en realidad en nuestro primer y único recurso.

Puedes decidirte a creer. También puedes elegir el pánico, dejando lugar a las dudas y a los temores. Pero la decisión es tuya. El Señor Jesús dijo: «Pasemos al otro lado», se puede asumir correctamente que tú también llegarás a la meta. Si decides confiar y creer en sus promesas tendrás la oportunidad de sentirte seguro y bajo control. El autocontrol lo obtendrás no con un curso de autoayuda, por el desarrollo de tus habilidades, sólo por medio de la Palabra, Romanos 10:17 Así que las personas llegan a confiar en Dios cuando oyen el mensaje acerca de Jesucristo.

3. Creer te genera confianza.

El diccionario de la Real Academia dice que la confianza es “esperanza firme o seguridad que se tiene en que una persona va a actuar o una cosa va a funcionar como se desea”. Cuando la fe es asunto de elección, puedes estar seguro de que el Espíritu de Dios habla la palabra sobre la cual puedes basar tu decisión de creer. Usando de nuevo la historia de la tormenta en Marcos 4, recuerda que los discípulos tenían la palabra o promesa de Jesús («pasemos al otro lado»), pero también su presencia (estaba con ellos en el bote). ¡Qué más confianza puedes pedir! si Jesús está a tu lado en todo tiempo, no sólo te ha dado una promesa (y todas ellas se cumplen), sino que está presente en tu vida en todo tiempo.

¡Él está contigo! Su presencia es más que suficiente para decidir creer para confiar, debes tomar buenas decisiones, decisiones en fe. Se diligente en tratar con tus dudas y temores. No olvides: Jesús reprenderá la tormenta de afuera. Sólo puedes reprender su tormenta interna. Salmos 56:3 En ti pondré, oh Altísimo, mi confianza el día que tenga miedo.

No es correcto ni verdadero decir: «No tengo temor». Pero sí está bien decir: «No temeré». No está bien decir: «No tengo dudas». Pero sí es bueno decir: «No permitiré que las dudas se adueñen de mí». La fe genuina se centra en el Señor y en su Palabra. Se basa en Él (la Verdad) y en su Palabra que es verdad (Juan 14:6; 17:7). Isaías 12:2 ¡Vean cómo es él, el Dios que me salva! En él confío y no tengo más miedo, pues Yavéh es mi fuerza y mi canción, él ha sido mi salvación.

Evalúa tus decisiones recientes como asuntos de fe en las siguientes circunstancias: Describe modos que te permitan tomar la decisión de creer:

En mi hogar

En mi trabajo

En mi salud

En mis emociones

En mi ministerio

Fuente: Pastor Alberto Arenas

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