LO IMPOSIBLE PARA LOS HOMBRES, POSIBLE PARA DIOS

"Él les dijo: Lo que es imposible para los hombres, es posible para Dios."
— Lucas 18:27 (RVR60)

Introducción: El Contexto de la Desesperanza

El versículo de Lucas 18:27 no surge en un vacío de optimismo, sino en medio de una profunda sensación de impotencia humana. Para entender su poder, debemos mirar la escena que lo provocó. Un joven rico, moralmente intachable y religiosamente correcto, se acerca a Jesús con la pregunta más importante: "Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?" (Lc 18:18). Tras una breve conversación, Jesús le da una instrucción que desmorona toda su confianza: "Vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres... y ven, sígueme" (Lc 18:22).

La reacción del joven no es de alegría, sino de tristeza profunda, "porque era muy rico". Se marcha afligido, y es en este momento de fracaso evidente, de impotencia humana ante el estándar absoluto de Dios, cuando Jesús pronuncia unas palabras que resuenan a través de los siglos: "¡Cuán difícilmente entrarán en el reino de Dios los que tienen riquezas!" (Lc 18:24). Los discípulos, asombrados, preguntan: "¿Quién, pues, podrá ser salvo?" (Lc 18:26). Su pregunta revela una verdad universal: si este hombre, que aparentaba tenerlo todo a su favor (juventud, riqueza, moralidad) no puede salvarse, entonces nadie puede. La salvación, en términos humanos, es un callejón sin salida. Es imposible.

Y es entonces cuando Jesús responde: "Lo que es imposible para los hombres, es posible para Dios".

1. La Admisión de Nuestra Imposibilidad

El primer paso para experimentar el poder de este versículo es admitir nuestra propia imposibilidad. Tendemos a acercarnos a Dios con una mentalidad de "can-do" (puedo hacerlo). Creemos que con un poco más de esfuerzo, más disciplina, más oración o más conocimiento, podremos alcanzar la meta. El joven rico pensaba igual. Había guardado los mandamientos desde su juventud. Era, por todos los estándares humanos, un éxito.

Pero Jesús le mostró el ídolo en su corazón: sus riquezas. Le mostró que la salvación no se trata de añadir méritos a una lista, sino de una entrega total y absoluta, sin condiciones. El joven no pudo hacerlo. Y nosotros tampoco podemos, en nuestras propias fuerzas.

¿Qué es "imposible" para ti hoy?

¿Es imposible perdonar a quien te ha traicionado profundamente?

¿Es imposible cambiar un hábito destructivo que te tiene atado?

¿Es imposible restaurar un matrimonio quebrado?

¿Es imposible encontrar esperanza en medio de una enfermedad devastadora?

¿Es imposible creer que Dios te ama y te acepta después de tantos fracasos?

Dios permite que lleguemos al final de nosotros mismos, al lugar donde clamamos con los discípulos: "Entonces, ¿quién podrá ser salvo?". Es el lugar más honesto y, curiosamente, el lugar más fértil para un milagro.

2. El Poder de la Posibilidad Divina

La esperanza no está en que nosotros encontremos una solución, sino en que Dios es especialista en lo imposible. La palabra "posible" que usa Jesús (dynatos en griego) habla de poder, capacidad y fuerza. Donde nosotros somos débiles e incapaces (adynatos, imposible), Él es poderoso y capaz (dynatos).

Dios no simplemente "ayuda" con lo difícil; Él hace realidad lo que es absolutamente inviable. La Biblia está llena de sus imposibles hechos posibles:

Partió el Mar Rojo para liberar a su pueblo.

Hizo que una virgen diera a luz al Salvador.

Sostuvo a un David adolescente para vencer a un gigante.

Resucitó a Lázaro después de cuatro días en el sepulcro.

Y, el mayor de todos los imposibles: Salvó a la humanidad, no mediante la perfección de un hombre rico, sino mediante la muerte y resurrección de Su Hijo perfecto.

La salvación es la obra maestra de lo imposible. Nosotros no podemos limpiar nuestro propio pecado. No podemos resucitar a nuestra alma muerta. No podemos ganarnos el favor de un Dios santo. Pero Dios sí pudo, y lo hizo, a través de la cruz de Cristo.

3. Aplicación: Viviendo en la Posibilidad de Dios

¿Cómo vivimos a la luz de esta verdad?

En la Salvación: Deja de intentar ganarte el amor de Dios. Clama a Él desde tu incapacidad. Recibe por fe el regalo de la gracia que Jesús compró en la cruz. Él ya hizo lo que tú no podías hacer.

En la Santificación: ¿Hay áreas de tu vida que parecen imposibles de cambiar? Tal vez una lucha contra el pecado, un carácter irascible, un corazón lleno de temor. Preséntaselas a Dios. Ora: "Señor, esto es imposible para mí. Te ruego que hagas posible lo que yo no puedo hacer. Cámbiame por tu Espíritu".

En las Circunstancias: ¿Frente a una situación que humanamente no tiene solución? Un diagnóstico, una deuda, una relación rota. Clama al Dios de lo imposible. No limites Su poder a tus recursos o entendimiento. Él obra de maneras que no podemos prever. Tu trabajo no es resolverlo, sino confiar en Aquel para quien no hay imposibles.

Conclusión:

Jesús no minimizó la dificultad. Dijo que era "difícil". Pero redirigió la mirada de sus discípulos desde la incapacidad del hombre hacia la capacidad infinita de Dios. El mensaje del evangelio no es "tú puedes", sino "Cristo ya lo hizo". Nuestra esperanza no se encuentra en nuestra fuerza de voluntad, sino en la voluntad de un Dios todopoderoso que nos ama.

Cuando te enfrentes a lo imposible, recuerda: ese es el territorio especial de Dios. Él está esperando, no para que tú lo resuelvas, sino para que descanses en Su poder y le permitas obrar, haciendo posible lo imposible para Su gloria.

Oración

Señor Dios, Padre de misericordia y Dios de toda posibilidad,
Hoy venimos delante de ti reconociendo nuestra total incapacidad. Confesamos que, por nosotros mismos, somos impotentes para salvarnos, para santificarnos y para enfrentar las grandes adversidades de la vida. Nos rendimos ante nuestra imposibilidad.

Pero te glorificamos porque tú eres el Dios para el cual no hay nada imposible. Gracias porque en la cruz de Cristo, hiciste posible nuestra salvación, lo que era completamente imposible para nosotros. Te pedimos que hoy, dondequiera que enfrentemos lo imposible—en nuestro carácter, en nuestras relaciones, en nuestras circunstancias—nos recuerdes tu verdad.

Quita nuestros ojos de nuestra debilidad y clávalos en tu poder. Ayúdanos a descansar no en nuestras soluciones, sino en tu soberanía y tu amor. Realiza tu obra milagrosa, haz posible lo imposible, para que tu nombre sea glorificado y el mundo vea que tú eres el Señor.

En el nombre poderoso de Jesús, el que hizo posible lo imposible, Amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Aclaración

Este Blog no tiene fines de lucro, ni propósitos comerciales, el único interés es compartir los gustos y las preferencias de su autor, con personas afines. Julio Carreto. Predicador