El apóstol Pablo, en su carta a los Romanos, nos invita a vivir de una manera que refleja la gracia y la sabiduría de Dios. En Romanos 12:16, encontramos un llamado poderoso a la unidad y a la humildad: "Unánimes entre vosotros; no altivos, sino asociándoos con los humildes. No seáis sabios en vuestra propia opinión" (RVR60). Este versículo encapsula principios fundamentales para la vida cristiana, desafiándonos a cultivar relaciones auténticas y a vivir en armonía con los demás.
Unánimes entre Vosotros
La palabra "unánimes" nos recuerda la importancia de la unidad en el cuerpo de Cristo. La comunidad cristiana está compuesta por individuos de diversos orígenes, culturas y personalidades. Sin embargo, Pablo nos exhorta a ser unánimes, lo que significa que debemos esforzarnos por mantener una misma mente y un mismo propósito. Esta unidad no implica uniformidad; más bien, se trata de celebrar nuestras diferencias mientras trabajamos juntos hacia un objetivo común: glorificar a Dios.
La unidad es un reflejo del carácter de Dios mismo. En Juan 17:21, Jesús ora para que todos sean uno, así como Él y el Padre son uno. Esta oración nos muestra que la unidad es esencial para el testimonio del Evangelio. Cuando los creyentes están unidos, el mundo puede ver la realidad del amor de Cristo en acción.
No Altivos, Sino Asociándoos con los Humildes
Pablo continúa advirtiéndonos sobre el peligro del orgullo y la altivez. La tendencia humana es buscar reconocimiento y estatus, pero el camino del cristiano es radicalmente diferente. Ser "altivo" significa tener una actitud de superioridad, lo cual puede dividir y crear barreras entre nosotros. En cambio, asociarnos con los humildes implica una disposición a servir y a aprender de aquellos que pueden no tener las mismas ventajas o recursos que nosotros.
La humildad es una virtud fundamental en la vida cristiana. Filipenses 2:3-4 nos instruye a no hacer nada por egoísmo o vanagloria, sino a considerar a los demás como superiores a nosotros mismos. Esta actitud no solo fomenta relaciones saludables, sino que también refleja el corazón de Cristo, quien se humilló a sí mismo al hacerse hombre y al servirnos hasta la muerte en la cruz.
No Seáis Sabios en Vuestra Propia Opinión
Finalmente, Pablo nos advierte sobre el peligro de ser sabios en nuestra propia opinión. A menudo, podemos caer en la trampa de pensar que tenemos todas las respuestas o que nuestra perspectiva es la única válida. Esto puede llevar a divisiones y conflictos dentro de la comunidad cristiana.
La verdadera sabiduría proviene de Dios y se manifiesta en nuestra disposición a escuchar y aprender unos de otros. Proverbios 3:5-6 nos recuerda que debemos confiar en el Señor con todo nuestro corazón y no apoyarnos en nuestra propia inteligencia. La sabiduría divina nos guía hacia la comprensión mutua y el respeto por las opiniones y experiencias de los demás.
Conclusión
Romanos 12:16 es un llamado poderoso para vivir en unidad, humildad y sabiduría. Al aplicar estos principios en nuestras vidas, no solo fortalecemos nuestra comunidad cristiana, sino que también reflejamos el carácter de Cristo al mundo que nos rodea. Que cada uno de nosotros busque ser un agente de unidad y amor, recordando siempre que nuestras diferencias son una oportunidad para glorificar a Dios.
Oración
Señor Dios, te agradecemos por tu palabra que nos guía hacia una vida llena de unidad y amor. Te pedimos que nos ayudes a ser unánimes entre nosotros, rechazando el orgullo y buscando asociarnos con los humildes. Danos discernimiento para no ser sabios en nuestra propia opinión, sino para buscar tu sabiduría en cada situación. Que nuestras vidas sean un reflejo de tu amor y gracia hacia los demás. En el nombre de Jesús, amén.
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