AMAR COMO CRISTO: UN LLAMADO AL SACRIFICIO Y A LA ENTREGA

"En esto hemos conocido el amor, en que él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos". 1 Juan 3:16 (RVR60).

Este versículo es una declaración profunda sobre el verdadero significado del amor cristiano. En pocas palabras, el apóstol Juan nos lleva al corazón del evangelio y nos desafía a vivir conforme al ejemplo de Cristo. Este pasaje conecta la obra redentora de Jesús con nuestra responsabilidad como seguidores suyos: así como Él dio Su vida por nosotros, nosotros también estamos llamados a vivir en sacrificio y amor por los demás.

El amor manifestado en Cristo

"En esto hemos conocido el amor, en que él puso su vida por nosotros".
El amor no es un sentimiento abstracto; es una acción concreta que se demuestra con sacrificio. Jesús mostró Su amor por nosotros de la manera más poderosa al dar Su vida en la cruz. Esta acción no fue solo un acto histórico, sino la mayor demostración de lo que significa amar de verdad. Él no esperó a que fuéramos perfectos o dignos de Su amor; nos amó mientras aún éramos pecadores (Romanos 5:8). Esto nos enseña que el amor no depende de las circunstancias ni de las cualidades de la otra persona. Amar como Cristo significa amar de manera incondicional, sacrificando nuestras propias comodidades y deseos por el bien de los demás.

El amor de Cristo no fue impulsivo ni accidental; fue intencional. Él vino al mundo con el propósito de dar Su vida como rescate por muchos (Mateo 20:28). Esto nos recuerda que el amor verdadero implica decisión y compromiso. No es suficiente hablar de amor; debemos actuar. En Jesús vemos un modelo perfecto de amor entregado y decidido, y como creyentes somos llamados a reflejar ese amor en nuestras relaciones.

El llamado a amar a los hermanos

"También nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos". 
Aquí está el desafío: como Cristo nos amó y dio Su vida por nosotros, también debemos amar a los demás con ese mismo nivel de entrega. Esto no significa únicamente estar dispuestos a morir literalmente por alguien, aunque podría ser el caso en circunstancias extremas. Más bien, implica vivir de manera desinteresada y sacrificial, priorizando el bienestar de los demás sobre el nuestro.  

Poner nuestras vidas por los hermanos puede significar renunciar a nuestra comodidad para ayudar a alguien en necesidad, dedicar tiempo a consolar a un amigo en dificultades o incluso perdonar a alguien que nos ha lastimado. El amor sacrificial implica estar atentos a las necesidades de los demás y responder con acciones, no solo con palabras. Como dice Santiago 2:16, no basta con desear el bien a alguien; debemos demostrarlo con nuestras obras.

Este llamado también nos lleva a reflexionar sobre la comunidad cristiana. La iglesia está formada por hermanos y hermanas en Cristo, y nuestra unidad debe ser un reflejo del amor de Dios. Cuando servimos y amamos a los demás dentro de nuestra comunidad, mostramos al mundo el poder transformador del evangelio. Jesús mismo dijo: "En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros" (Juan 13:35).

Amar como Cristo nos amó

Amar como Cristo nos amó no es fácil. Va en contra de nuestra naturaleza egoísta y requiere la ayuda del Espíritu Santo para vivir de esa manera. Sin embargo, cuando recordamos el sacrificio de Jesús y entendemos la profundidad de Su amor por nosotros, encontramos la motivación y la fuerza para amar a los demás. Este amor no solo transforma nuestras vidas, sino que también impacta a quienes nos rodean, señalándolos hacia Cristo.

El apóstol Juan nos recuerda que este amor es una prueba de nuestra fe genuina. Si decimos que amamos a Dios, pero no amamos a nuestros hermanos, entonces nuestra fe no es auténtica (1 Juan 4:20). Por tanto, amar sacrificialmente es una manera de demostrar que realmente hemos entendido y experimentado el amor de Dios.

Reflexión final

El amor que Jesús demostró al dar Su vida por nosotros es la base de nuestra fe y el modelo que debemos seguir. Este versículo nos desafía a dejar de lado el egoísmo, a vivir en comunión con los demás y a servir con un corazón dispuesto. Cuando ponemos nuestras vidas al servicio de los demás, reflejamos el amor de Cristo y cumplimos con el llamado a vivir como verdaderos discípulos.

Oración

Señor Jesús, gracias por mostrarnos el verdadero significado del amor al dar Tu vida por nosotros. Ayúdame a comprender la profundidad de ese sacrificio y a vivir reflejando Tu amor en mi relación con los demás. Enséñame a amar de manera desinteresada y sacrificial, poniendo las necesidades de mis hermanos por encima de las mías. Que mi vida sea un testimonio de Tu amor, y que a través de mí, otros puedan conocerte. Dame la fortaleza para vivir conforme a Tu ejemplo, confiando siempre en Tu gracia. En Tu nombre, amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Aclaración

Este Blog no tiene fines de lucro, ni propósitos comerciales, el único interés es compartir los gustos y las preferencias de su autor, con personas afines. Julio Carreto. Predicador