En estos versículos, el apóstol Pedro nos compara con niños recién nacidos que anhelan la leche materna. Así como los bebés necesitan la leche para crecer y desarrollarse, nosotros también necesitamos nutrirnos espiritualmente para crecer en nuestra fe y salvación.
Deseo insaciable: Pedro nos insta a desear la “leche espiritual no adulterada”. Esta leche representa la Palabra de Dios, la enseñanza y la comunión con Él. Nuestro deseo por ella debe ser insaciable, como el hambre de un bebé que busca el pecho de su madre.
Crecimiento espiritual: Al beber de esta leche espiritual, crecemos en nuestra relación con Dios. Aprendemos más acerca de Su amor, gracia y propósito para nuestras vidas. Cada día, debemos buscar nutrirnos con Su Palabra y permitir que transforme nuestro corazón.
Gustar la benignidad del Señor: Pedro menciona que hemos “gustado la benignidad del Señor”. Esto se refiere a la experiencia personal de Su amor y misericordia en nuestras vidas. Cuando reconocemos Su bondad, nuestro deseo de estar cerca de Él aumenta.
Oración
Amado Padre, te agradecemos por tu Palabra, que es como la leche espiritual que nutre nuestra alma. Ayúdanos a desearla con pasión y a crecer en nuestra fe. Que podamos experimentar tu benignidad y amor cada día. En el nombre de Jesús, amén.
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