LA SABIDURÍA QUE VIENE DE DIOS

"Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada". Santiago 1:5.

Reflexión: En este versículo, Santiago nos anima a buscar sabiduría de Dios cuando nos encontramos en situaciones en las que nos falta entendimiento o dirección. La sabiduría que Dios ofrece es abundante y generosa, y no nos la niega ni nos la reprocha.

En nuestra vida diaria, a menudo nos enfrentamos a decisiones difíciles, desafíos y situaciones en las que no sabemos qué hacer. En lugar de confiar únicamente en nuestra propia sabiduría limitada, Santiago nos insta a acudir a Dios en oración y pedirle sabiduría.

Cuando buscamos la sabiduría de Dios, reconocemos nuestra dependencia de Él y su capacidad para guiarnos en el camino correcto. Dios es el dador de toda sabiduría y está dispuesto a concederla a aquellos que la buscan con humildad y fe.

Al pedir sabiduría a Dios, debemos estar dispuestos a escuchar su voz y seguir sus instrucciones. La sabiduría divina nos guiará en la toma de decisiones correctas, nos dará discernimiento en situaciones complicadas y nos ayudará a vivir una vida que honre a Dios.

Santiago 1:5 nos recuerda que la sabiduría que necesitamos está disponible para nosotros si la buscamos en Dios. No tengamos miedo de pedirle sabiduría en nuestras circunstancias y confiemos en que Él nos la dará generosamente.

Oración 

Te pido que me concedas la sabiduría que proviene de lo alto, tal como nos anima Santiago en su carta. Reconozco que en ocasiones me encuentro frente a situaciones en las que me falta entendimiento y dirección, y es en esos momentos que acudo a Ti en busca de tu sabiduría.

Sé que Tú eres el dador de toda sabiduría, y que estás dispuesto a otorgarla generosamente a aquellos que te la piden con fe. Ayúdame a discernir tu voluntad en medio de las decisiones difíciles y los desafíos que enfrento. Permíteme escuchar tu voz y seguir tus instrucciones, confiando en que Tú me guiarás por el camino correcto.

Te agradezco, Señor, por tu disposición a concederme sabiduría sin reproche alguno. Que mi búsqueda de sabiduría esté siempre acompañada de humildad y confianza en tu bondad. Que mi vida refleje la sabiduría que proviene de Ti, y que mis decisiones honren tu nombre.

En el nombre de Jesús, amén.

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