DIOS SIEMPRE ESTARÁ PRESENTE EN NUESTRAS VIDAS

Versículo Lucas 2:13-14: "Y repentinamente apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales, alabando a Dios, y diciendo: ¡Gloria a Dios en las alturas, Y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!"

Este pasaje en Lucas describe uno de los momentos más memorables en la historia cristiana: el nacimiento de Jesús. En este pasaje, se nos cuenta cómo un grupo de pastores recibió la noticia de que el Salvador había nacido en Belén. Poco después, un ángel se apareció ante ellos y les anunció la buena nueva. Además, una multitud de ángeles apareció y comenzó a cantar canciones de alabanza y gloria a Dios. Este momento es uno de gran belleza y significado, que demuestra el glorioso poder de Dios al nacer su hijo para redimir y rejuvenecer a la humanidad.

Alabaremos a Dios con nuestros pensamientos y nuestras acciones, ya que él nos ha bendecido con su amor eterno. Sólo tenemos que contemplar la belleza de la creación para darnos cuenta de la presencia y amor incondicional de Dios en nuestras vidas. Como cristianos, es importante recordar que la presencia divina de Dios siempre estará presente en nuestras vidas y en todos los momentos, y es importante buscar su guía y protección continuas.

Cuando experimentamos momentos difíciles, la presencia de Dios puede ser un poderoso recurso para mantener la serenidad y la felicidad en nuestra vida. Recordar y meditar en la versatilidad de Dios y su presencia en nuestras vidas nos permite entender que a pesar de las circunstancias, siempre tendremos esperanza y apoyo de parte de Él. 

Oración

Padre Celestial, te damos gracias por tu amor incondicional y por el regalo de tu hijo Jesús. Gracias por recordarnos tu presencia, y por guiarnos en cada momento de la vida. Permítenos sentir tu amor y tus bendiciones en nuestros días de vida, al igual que nos hiciste sentir tu presencia en ese gran momento en Belén.

Señor, ayúdanos a cantar canciones de alabanza a ti siempre, y a recordar el nacimiento de Jesucristo a través de nuestras acciones y pensamientos. Ayúdanos a recordar que tu plan para nuestras vidas siempre será para nuestro bien y avance en la Fe, aunque no siempre lo podamos ver o entender en el momento presentado. 

Padre, oro por paz en la tierra, en nuestra ciudad, país y para las personas que están en conflictos en el mundo. Te pedimos que puedas conceder a cada uno de nosotros la paz, la serenidad y la felicidad que tanto ansiamos. Ayúdanos a confiar en ti y en el trayecto que planteas para nuestras vidas, teniendo siempre presente la ayuda y guía a través del Espíritu Santo.

Gracias por tu presencia en nuestras vidas, por tu amor incondicional y tu protección en cada momento. Permítenos seguir siendo testigos de tu amor en todas nuestras acciones. En el nombre de Jesucristo, nuestro Salvador, amén.

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