El Salmo 73:26 dice: "Fallece mi carne y mi corazón; Mas Dios es la fortaleza de mi corazón, y mi porción para siempre." Este versículo nos recuerda que, a pesar de nuestras limitaciones humanas, Dios es nuestra fortaleza y nuestra porción eterna. Nos invita a confiar en Él en todo momento, incluso cuando nuestras fuerzas flaquean.
En momentos de debilidad física o emocional, es fácil caer en la desesperanza y la ansiedad. Sin embargo, el Salmo 73:26 nos recuerda que nuestra fortaleza no proviene de nosotros mismos, sino de Dios. Él es quien sostiene nuestro corazón cuando nuestras fuerzas desfallecen. Incluso cuando enfrentamos enfermedades, dificultades o incertidumbres, podemos encontrar consuelo en el hecho de que Dios es nuestra fortaleza constante. Su amor y su poder son inagotables, y en Él encontramos la esperanza que trasciende cualquier circunstancia.
Oración
Dios amoroso, en momentos de debilidad y desfallecimiento, recurrimos a Ti en busca de fortaleza. Reconocemos que nuestras propias fuerzas son limitadas, pero confiamos en que Tú eres nuestra fortaleza eterna. Encomendamos nuestros corazones a Ti, sabiendo que en medio de la dificultad, Tú eres nuestra porción para siempre. Permítenos sentir tu presencia y tu amor en cada momento, recordándonos que en Ti encontramos la verdadera fortaleza. Amén.
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