El Hombre Perdido y el Dios Salvador

No hay diferencia, por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús. – Romanos 3:22-24.

El hombre es justificado por fe sin las obras de la ley. – Romanos 3:28.
 
Una oveja se había perdido. Entonces el pastor la buscó hasta encontrarla, luego la puso sobre sus hombros y, muy feliz, la llevó nuevamente a casa.

Una dracma (moneda pequeña) se había perdido. Su dueña la buscó con esmero hasta hallarla, y cuando la encontró, se alegró con sus vecinas.

Un hijo rebelde se perdió en los placeres del mundo. Cuando regresó a casa, su padre lo recibió con los brazos abiertos e hizo un banquete en su honor.

Tanto la oveja como la dracma y el hijo estaban perdidos. Son símbolos del hombre perdido. Sin embargo, todo el cielo se conmueve por la miseria del hombre, cuya vida sólo conduce a la muerte y al juicio eterno. Dios el Hijo, el buen Pastor, vino a dar su vida para salvar a su oveja perdida. Dios Espíritu Santo, representado por la mujer, ilumina por medio de la Palabra divina los lugares oscuros, para encontrar la moneda perdida.

Dios el Padre abre su corazón al hijo que se arrepiente. La alegría llena el cielo y el corazón de Dios “por un pecador que se arrepiente” (v. 7); es un gozo compartido, expresivo. ¡Cuántos cuidados ha tenido Dios para salvar mi alma! Me buscó, me encontró y me salvó. Ahora quiere compartir conmigo su felicidad.

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Aclaración

Este Blog no tiene fines de lucro, ni propósitos comerciales, el único interés es compartir los gustos y las preferencias de su autor, con personas afines. Julio Carreto. Predicador