Teléfonos de Emergencia

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Cuando estés	TEMEROSO	llama a	Juan 14
Cuando estés	CAÍDO	llama a	Salmos 27
Cuando hayas	PECADO	llama a	Salmos 51
Cuando estés	PREOCUPADO	llama a	Mateo 6:19-33
Cuando estés en	PELIGRO	llama a	Salmo 91
Cuando quieras ser	FELIZ	llama a	Colosenses 3:1-17
Cuando no entiendas tus	PRUEBAS	llama a	Romanos 8:28
Cuando te sientas	DESMAYAR	llama a	Romanos 8:31-37
Cuando quieras	DESCANSAR	llama a	Mateo 11:25-30
Cuando necesites	PAZ	llama a	Isaías 26:3
Cuando necesites	VICTORIA	llama a	1ª Juan 5:1-7
Cuando necesites	ALIENTO	llama a	Salmos 23
Cuando necesites	GOZO	llama a	Salmos 16
Cuando necesites	VALOR	llama a	Josué 1
Cuando estés	DEPRIMIDO	llama a	Salmos 27
Cuando te sientas	VACÍO	llama a	Salmos 37
Cuando quieras	EL ÉXITO	llama a	Josué 1:8
Cuando estés	DESANIMADO	llama a	Salmos 126
NÚMEROS ALTERNATIVOS
Para el	TEMOR	llama a	Salmos 34:7
Para	SEGURIDAD	llama a	Salmos 121:3
Para	CONFIANZA	llama a	Mateo 28:20
Para	SANIDAD	llama a	Isaías 53
Para	PERDÓN	llama a	1ª Juan 1:5-8

Estad siempre gozosos...

Estad siempre gozosos. Orad sin cesar. Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús. (1 Tesalonicenses 5:16-18).

Gozo – Oración – Acción de gracias

“Estad siempre gozosos” es una exhortación dirigida a aquellos que tienen una relación viva con el Señor Jesús y pueden alegrarse al tener la salvación eterna, porque él la adquirió para ellos mediante su sacrificio expiatorio en la cruz. También gozan al seguirle en su andar terrenal. Y cuando pasan por circunstancias tristes, los hijos de Dios pueden alegrarse igualmente, porque esas tristezas pertenecen siempre a lo terrenal, a la vida en este mundo, mientras su verdadero gozo se relaciona con el Señor y con “las cosas de arriba” (Colosenses 3:1).

El disfrute del gozo en el Señor proviene de la constante comunión con él, que se expresa por medio de la oración. “Orad sin cesar” no significa orar consciente y permanentemente. No lo podemos hacer. Aquí se considera a la oración como una firme relación con el Señor y como la expresión de nuestra dependencia de él. Es una actitud interior en la que podemos permanecer siempre, tanto en el trabajo como en casa, en los momentos de ocio, etc.

La oración siempre debería estar ligada con la acción de gracias. El agradecimiento demuestra que oramos teniendo la actitud correcta. Si oramos sin agradecer, pronto estaremos impacientes e insatisfechos, al ver que nuestros pedidos no son contestados como lo habíamos pensado. Un creyente que no puede agradecer es desdichado.

Sin embargo, ¡cuántos motivos tenemos no sólo para agradecer, sino también para alabar y adorar a nuestro Salvador y Señor!