–Cuando era joven y libre y mi imaginación no tenía límites... Soñaba con cambiar el mundo
–
Cuando maduré y me volví más sabio, descubrí que el mundo no cambiaría, así que moderé mis aspiraciones y decidí cambiar únicamente a mi país. Pero también descubrí que mi país no cambiaría
–
–Al llegar a mi vejez. En un último intento desesperado. Resolví cambiar únicamente a mi familia y mi trabajo. Pero ellos nunca lo permitieron
––
Y ahora, al final de mi vida, ¡De pronto me doy cuenta! Si tan solo me hubiera cambiado primero a mi mismo...
––
Entonces con mi ejemplo habría cambiado a mi familia y mi trabajo. Con su inspiración y aliento, habría podido mejorar a mi país... Y quien sabe, quizá podría haber cambiado ¡incluso el mundo!
Las palabras anteriores fueron escritas en la tumba de un obispo anglicano (1100 D.C.) en las criptas de la Abadía de Westminster.
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Cuando maduré y me volví más sabio, descubrí que el mundo no cambiaría, así que moderé mis aspiraciones y decidí cambiar únicamente a mi país. Pero también descubrí que mi país no cambiaría
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–Al llegar a mi vejez. En un último intento desesperado. Resolví cambiar únicamente a mi familia y mi trabajo. Pero ellos nunca lo permitieron
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Y ahora, al final de mi vida, ¡De pronto me doy cuenta! Si tan solo me hubiera cambiado primero a mi mismo...
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Entonces con mi ejemplo habría cambiado a mi familia y mi trabajo. Con su inspiración y aliento, habría podido mejorar a mi país... Y quien sabe, quizá podría haber cambiado ¡incluso el mundo!
Las palabras anteriores fueron escritas en la tumba de un obispo anglicano (1100 D.C.) en las criptas de la Abadía de Westminster.
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