
En las cosas de Dios sucede lo mismo. Cada día somos invitados a la “mesa” del Señor para disfrutar de una rica bebida y comida espiritual.
El pasaje de hoy utiliza las palabras “vino”, “pan” y “aceite” para simbolizar una acción definida del Espíritu Santo.
El vino representa el óleo de gozo que viene para sanar nuestras tristezas internas; el pan representa el alimento espiritual que viene del cielo para fortalecernos y darnos salud; el aceite representa la protección contra las presiones de la vida.
Cuando alguien se atreve con fe a sentarse en la mesa, con el Señor, recibimos todos estos beneficios.
La intimidad con Dios incluye sentarnos a su mesa, donde los manjares celestiales estan disponibles para ser saciados.
Hay cristianos raquíticos espirituales que nunca se han sentado a la mesa del Padre, y sólo se han conformado con las migajas del reino.
Elija en este día lo mejor, y su vida interior resultará saciada como jamás lo imagino ¡porque Cristo realmente satisface!
CONFESION DE FE:
ME SIENTO A LA MESA CON EL SEÑOR A DISFRUTAR DE SUS MANJARES CELESTIALES
ORACION:
Señor, no quiero sólo las migajas del Reino sino por sobre todo sentarme a tu lado para ser saciado en tu mesa. ¡Gracias Dios mío!
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