VIVIENDO PARA LA GLORIA DE DIOS

"Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de Él." — Colosenses 3:17 (RVR60)

Introducción: Una Vida Centrada en Cristo
El apóstol Pablo, en su carta a los colosenses, nos entrega un principio transformador para la vida cristiana: todo lo que hacemos —desde nuestras palabras hasta nuestras acciones— debe ser hecho en el nombre de Jesús y con gratitud. Este versículo no es solo una sugerencia, sino un llamado radical a vivir con propósito y consagración.

En un mundo donde nuestras actividades suelen dividirse entre lo "sagrado" y lo "secular", este pasaje nos recuerda que no hay área de nuestra vida que esté fuera de la soberanía de Cristo. Ya sea en el trabajo, la familia, el servicio o incluso en los momentos de descanso, todo debe ser hecho para Su gloria.

1. "Todo lo que hacéis": La Integralidad de la Vida Cristiana
Pablo no hace distinciones: "todo" incluye nuestras palabras, decisiones, relaciones y hasta los detalles más pequeños. No hay espacio para una doble vida. Jesucristo no es un añadido a nuestra rutina, sino el fundamento de ella.

De palabra: Nuestras conversaciones, chismes, críticas o alabanzas reflejan a quién servimos (Efesios 4:29).

De hecho: Nuestras acciones, ya sean públicas o en lo secreto, testifican de nuestra fe (Mateo 5:16).

Reflexión: ¿Hay áreas de tu vida que aún no has entregado a Jesús? ¿Cómo puedes alinear tus palabras y obras con Su voluntad?

2. "En el nombre del Señor Jesús": Autoridad y Propósito
Hacer algo "en el nombre de Jesús" significa actuar bajo Su autoridad, conforme a Su carácter y para Su honor. No es una fórmula mágica, sino una sumisión a Su señorío.

En obediencia: Como hijos que buscan agradar al Padre (Juan 14:15).

En dependencia: Reconociendo que sin Él nada podemos hacer (Juan 15:5).

En identidad: Recordando que somos embajadores de Cristo (2 Corintios 5:20).

Ejemplo: José en Egipto (Génesis 39) trabajó "en el nombre del Señor", y aun en la adversidad, Dios fue glorificado.

3. "Dando gracias": El Corazón Agradecido
La gratitud es el sello de quien reconoce que todo proviene de Dios (1 Tesalonicenses 5:18). Aun en las pruebas, podemos dar gracias "por medio de Él", porque Jesús es nuestro mediador y razón de esperanza.

Gratitud en lo pequeño: Cultivar un corazón contento (Filipenses 4:11-13).

Gratitud en comunidad: Animándonos unos a otros (Colosenses 3:16).

Conclusión: Una Vida que Honra a Dios
Colosenses 3:17 es un resumen práctico de lo que significa ser discípulo de Jesús. No se trata de perfección, sino de dirección: que cada paso que demos esté guiado por el amor a Cristo y el deseo de glorificarle.

Desafío: Hoy, antes de hablar o actuar, pregúntate: ¿Esto honra el nombre de Jesús? Luego, avanza con fe y acción de gracias.

Oración
Señor Jesús, gracias por recordarme que mi vida entera te pertenece. Ayúdame a vivir cada día en tu nombre, hablando con amor, actuando con integridad y sirviendo con humildad. Que incluso en las cosas pequeñas, mi corazón esté lleno de gratitud hacia Ti. Purifica mis motivos y guíame por Tu Espíritu para que todo lo que haga glorifique Tu nombre. Amén.

Que este versículo no solo inspire tu devoción, sino que transforme tu vida diaria. ¡Cristo en ti, la esperanza de gloria! (Colosenses 1:27).

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