Salmo 9:10 RVR60:
"Y en ti confiarán los que conocen tu nombre,
Porque tú, Jehová, no desamparas a los que te buscan."
Introducción: Un Nombre que Inspira Confianza
El Salmo 9 es un canto de alabanza y gratitud escrito por David, quien celebra las victorias y la justicia de Dios. En medio de sus palabras, el versículo 10 destaca una verdad profunda: la confianza en Dios no es ciega, sino que nace del conocimiento íntimo de Su carácter. No es lo mismo "oír" de Dios que "conocer" Su nombre. Este conocimiento trasciende la información; es una experiencia personal con el Creador.
1. Los que Conocen Su Nombre
En la cultura bíblica, el "nombre" representa la esencia, la autoridad y la reputación de una persona. Conocer el nombre de Dios implica entender quién Él es:
Jehová-Jireh: "El Señor proveerá" (Génesis 22:14).
Jehová-Rafa: "El Señor que sana" (Éxodo 15:26).
Jehová-Shalom: "El Señor es paz" (Jueces 6:24).
Cuando enfrentamos pruebas, recordar Sus nombres fortalece nuestra fe. No confiamos en un Dios distante, sino en Aquel que se ha revelado como fiel, amoroso y poderoso.
2. La Confianza que Nace de la Relación
David no dice "los que saben de ti", sino "los que conocen tu nombre". Hay una diferencia entre saber acerca de Dios y caminar con Él. Job declaró: "De oídas te había oído, mas ahora mis ojos te ven" (Job 42:5). La confianza se fortalece cuando experimentamos Su fidelidad en nuestras vidas.
3. La Promesa: "No Desamparas a los que Te Buscan"
Dios no es indiferente. La palabra "desamparar" (en hebreo "azab") significa abandonar o dejar en desgracia. Jesús reafirmó esta promesa: "No te desampararé, ni te dejaré" (Hebreos 13:5). Aunque a veces el silencio de Dios parezca desconcertante, Él actúa en perfecto tiempo (Salmo 37:5).
Aplicación Práctica
Profundiza en Su Palabra: Para conocer Su nombre, estudia las Escrituras.
Recuerda Sus obras: Haz un memorial de las veces que Dios te ha sostenido.
Busca Su rostro: La oración no es solo pedir; es cultivar intimidad con Él.
Oración
Señor Jehová, gracias porque tu nombre es refugio y fortaleza. Hoy reconozco que eres mi proveedor, mi paz y mi sanador. Perdona las veces que he dudado por no recordar tu fidelidad. Ayúdame a conocerte más cada día, a confiar plenamente en ti y a buscar tu rostro en todo momento. Declaro que no estoy solo/a, porque tú nunca me abandonas. En el nombre de Jesús, amén.
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