EL SEÑOR LEVANTA A LOS CAÍDOS

"Jehová abre los ojos a los ciegos; Jehová levanta a los caídos; Jehová ama a los justos." — Salmo 146:8 (RVR60)

Introducción: Un Dios que actúa a favor de los suyos
El Salmo 146 es un canto de alabanza que exalta la soberanía y la misericordia de Dios, contrastando Su fidelidad con la fragilidad de los poderes humanos. En el versículo 8, el salmista destaca tres acciones poderosas del Señor: abre los ojos a los ciegos, levanta a los caídos y ama a los justos. Estas palabras no solo revelan Su carácter compasivo, sino que también nos invitan a confiar en Él en medio de nuestras luchas.

1. Jehová abre los ojos a los ciegos
Dios no solo tiene poder para dar vista física (como lo hizo Jesús en los evangelios), sino que también ilumina nuestra ceguera espiritual. Muchas veces, nuestras circunstancias o el pecado nublan nuestro entendimiento, pero el Señor, en Su gracia, nos permite ver Su verdad, Su propósito y Su camino.

Reflexión: ¿Hay áreas en tu vida donde necesitas que Dios te dé claridad? Él está dispuesto a abrir tus ojos si acudes a Él con humildad.

2. Jehová levanta a los caídos
La imagen de Dios levantando al que ha tropezado es profundamente conmovedora. No somos salvos por nuestra propia fuerza, sino por Su mano amorosa. Ya sea por el pecado, el desánimo o las pruebas de la vida, todos hemos experimentado caídas. Sin embargo, este versículo nos recuerda que Dios no nos abandona en el polvo.

Ejemplo bíblico: Pedro negó a Jesús, pero fue restaurado (Juan 21:15-17). Dios no solo perdona, sino que nos devuelve a Su propósito.

3. Jehová ama a los justos
La justicia aquí no se refiere a perfección humana, sino a aquellos que, por fe, buscan vivir en obediencia a Dios. Su amor por nosotros es inquebrantable, incluso cuando fallamos. Este amor no se basa en nuestros méritos, sino en Su gracia.

Promesa: "Si somos infieles, Él permanece fiel" (2 Timoteo 2:13).

Aplicación práctica: Confiar en Su fidelidad
En un mundo donde las personas fallan y las circunstancias cambian, Dios permanece firme. Si hoy te sientes ciego espiritualmente, caído o indigno, recuerda: Él es tu auxilio.

Clama a Él en oración.

Descansa en Sus promesas.

Alábale, porque Él obra a tu favor.

Oración
Padre celestial, gracias porque Tú eres el Dios que abre mis ojos cuando no logro ver Tu voluntad, que me levanta cuando tropiezo y que me amas a pesar de mis faltas. Hoy renuncio a depender de mi propia fuerza y me aferro a Tu fidelidad. Llena mi corazón de esperanza y ayúdame a confiar en que Tu mano poderosa nunca me soltará. En el nombre de Jesús, amén.

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