Liberación

Para Alfonso, un buen amigo:

Sobre la liberación, se nos ha dado autoridad sobre los demonios (Lucas 10:19). Pero los demonios nunca deberían ser el enfoque de nuestro ministerio. Si comenzamos a buscar profundamente las esclavitudes demoníacas y las maldiciones generacionales, nos hemos desviado del corazón del Evangelio. ¡Es en Cristo que “las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas!” (2 Corintios 5:17).

No necesitamos tener un ministerio de liberación al estilo CSI. No necesitamos ir para atrás a las previas generaciones para atar al maligno. ¡Las buenas noticias del Evangelio son que Dios ya corrió todo el camino de regreso hasta Adán y lo ató definitivamente! O estamos en “Adán” o estamos en “Cristo” (1 Corintios 15:22).

En la medida que lees el Nuevo testamento, nunca vas a encontrar un lugar en donde la liberación (el echar fuera demonios) fuera un ministerio dentro de la Iglesia. La liberación siempre se ministraba a los no creyentes. Siendo más precisos, hay tiempos cuando un cristiano necesita liberación, pero esto invariablemente es debido a que el Evangelio ha sido comunicado parcialmente al momento de la conversión del creyente. Existe mucha esclavitud demoníaca en la vida de un cristiano que es ocasionada porque el viejo hombre no se le extingue claramente desde el principio.

La intención de Dios es que la liberación sea experimentada por:

1. La revelación del Evangelio.

2. El arrepentimiento en respuesta a la revelación.

La “fórmula” bíblica para la liberación no es otra que Romanos 6:6-18 y Efesios 4:22-24.

No se le necesita hacer “autopsias espirituales” al viejo hombre. Ha sido sepultado en Cristo y ahora eres libre para estar “vivo para Dios” en la medida que camines en el Espíritu (Romanos 8:2; 2 Corintios 3:17; Gálatas 5:16)

Parece evidente en el Nuevo Testamento que cuando los cristianos fueron confrontados por espíritus demoníacos, los enfrentaron, los echaron fuera y siguieron su camino. No hay ninguna indicación de que hayan parado a tomar algún curso especial de demonología, ni tampoco es aparente que fueran especialistas, dedicados al ministerio de liberación. En vez de eso la liberación era parte del paquete de predicación del Evangelio.

Empieza por Tí:

Cuando era joven y libre y mi imaginación no tenía límites... Soñaba con cambiar el mundo

Cuando maduré y me volví más sabio, descubrí que el mundo no cambiaría, así que moderé mis aspiraciones y decidí cambiar únicamente a mi país. Pero también descubrí que mi país no cambiaría

Al llegar a mi vejez. En un último intento desesperado. Resolví cambiar únicamente a mi familia y mi trabajo. Pero ellos nunca lo permitieron

Y ahora, al final de mi vida, ¡De pronto me doy cuenta! Si tan solo me hubiera cambiado primero a mi mismo...

Entonces con mi ejemplo habría cambiado a mi familia y mi trabajo. Con su inspiración y aliento, habría podido mejorar a mi país... Y quien sabe, quizá podría haber cambiado ¡incluso el mundo!

Las palabras anteriores fueron escritas en la tumba de un obispo anglicano (1100 D.C.) en las criptas de la Abadía de Westminster.

LOS NOMBRES DE DIOS


1. ELOHIM. Usado 2.570 veces, habla de la fortaleza y el poder de Dios. (Gen. 1:1; Sal. 19:1)

2. EL. Encontramos cuatro combinaciones de este nombre:

A. ELYON. Dios Altísimo. (Gen. 14:17-20; Isa. 14:13-14)
B. ROÍ. El Dios que ve. (Gen. 16:13)
C. SHADDAI. Todopoderoso, Omnipotente (usado 48 veces en el Antiguo Testamento) (Gen. 17:1; Sal. 91:1)
D. OLAM. El Dios eterno. (Isa. 40:28)

3. ADONAI. Maestro, Señor. Dios es dueño de su creación. (Mal. 1:6)

4. JEHOVÁ. El nombre más común de todos. Aparece 6.823 veces. Significa “El que siempre vive”, el que tiene vida en sí mismo. Es el Dios del pacto. (Gen. 2:4) Aparecen nueve composiciones de este nombre:

A. JIREH. Jehová proveerá. (Gen. 22:13-14)
B. NISI. Jehová es mi estandarte. (Ex. 17:15)
C. SHALOM. Jehová es paz. (Jue. 6:24)
D. SABAOT. Jehová de los ejércitos. (1 Sam. 1:3; Isa. 6:1-3)
E. MACCADDESHOEM. Jehová que santifica. (Ex. 31:13)
F. ROHI (RAAH). Jehová es mi pastor. (Sal. 23:1)
G. TSIDKENU. Jehová justicia nuestra. (Jer. 23:6)
H. SAMA. Jehová allí, el Dios que está presente. (Ez. 48:35)
I. RAFE. Jehová tu sanador. (Ex. 15:26)

Aclaración

Este Blog no tiene fines de lucro, ni propósitos comerciales, el único interés es compartir los gustos y las preferencias de su autor, con personas afines. Julio Carreto. Predicador